Absorto en mis quehaceres diarios….. el pregón, mi blog, la familia, los amigos…. A veces se olvida uno de cuanto le rodea…. Hasta que aparece algo importante delante de uno mismo y lo paras todo, para reflexionar sobre lo efímera que es la vida y lo pequeño que somos ante este gigante enorme que da vueltas y vueltas, al que hemos dado en llamar Naturaleza.
En mi repaso diario al Tiojimeno, leo que ha fallecido en Jimena Francisco Pérez Navarro, que como es natural para muchos no significará nada, para otros un poco más y para su familia estoy seguro que fue alguien importante porque en este sentido todos los somos.
Me marché del pueblo y poco contacto he mantenido después con “Frasquito”, pero recuerdo un par de veces que tuve la oportunidad de charlar algo con él en su “kiosco” del paso a nivel, donde me tomé una cerveza a “gollete” y la otra vez se me ocurrió ir a Jimena de cacería de perchis y mira por donde lo único que encontramos abierto fue el kiosco de “Frasquito”, donde había un montón de cazadores y gente del pueblo tomando las tradicionales copitas de anís y coñac. En ambas veces recordamos cosas de nuestra infancia que sólo sabiamos nosotros, porque nos tocó jugar, saltar y corretear por aquellos “canchos” de Dios y nuestros.
No hablo por hablar, ni siquiera porque nos haya dicho adios, ya que aunque suene a triste, en cualquier momento podemos estar contigo y aquí abajo todo importa poco, porque somos muchos, pero para los que te conocimos, tu vida fue un ejemplo de entereza y lucha por existir.
Nos conocimos desde que abrimos los ojos a la existencia… tú en tu calle El Sol .. y yo en las “Cuatro Esquinas” y eso nos permitió el corretear juntos, a muy corta edad, por aquel Paseo Cristina, El Llanito, Las Pozas y las Minas. No había un “carlito” al que no hubiésemos “repechado” para coger aquellas “pelotitas” que lanzábamos con nuestros “canutos” de biznago con fuerza sobre una lata colocada en el tronco de un árbol.
Yo soy aún, de los que no han perdido la fe y la ilusión de que nos encontraremos algún día y podamos charlar de aquellos tiempos en que éramos tan inocentes, que no nos “percatábamos” de las realidades que vivían nuestros semejantes y mayores.
Amigo Frasquito, aún recuerdo cuando encendimos aquella “candela” debajo de los “carlitos” del Paseo Cristina para quitarnos el frio…. Y se te ocurrió la idea de “asar” caracoles boyunos en el fuego… resultando que aquello nos gustó y nos los comimos “tostaitos” como las castañas…. Cosa impensable en los días que corren para niños de aquella edad.
La vida te golpeó fuerte, pero es que los caminos que llamamos, no se si bien o mal, de Dios, son extremadamente duros porque perdiste de forma brusca y cuando aún eras joven a tus seres queridos y para colmo el destino te quitó siendo un chaval parte de tu forma natural de vida y a pesar de todo aquello…. Le echastes “cojones” y con aquellas correas te amarrabas la rígida ortopedia y caminabas sufriendo…. Hasta que los adelantos pudieron mejorar y aliviar tu sufrimiento.
Muchos de los que te han conocido sentado dentro de tu kiosco, no pueden saber como fue tu vida y por eso desde estas líneas quiero que se reconozca tu paso por la vida, ya que cualquiera en tu situación, no hubiese podido “mocear” como tu hiciste y conseguir forjar un hogar con la honradez que heredaste de tus padres y hermanas en aquella calle El Sol de hace 50 años.
Estoy convencido que tú tienes un buen lugar en el” Merecido Descanso” y que nos volveremos a encontrar para disfrutar de aquella inocencia que perdimos cuando dejamos de ser niños.
No te olvidamos. Un abrazo.
1 comentario:
Quiero unirme a tu escrito, pues también conocií a Frasquito desde toda la vida.
Sufrió mucho cuando su accidente y fue capaz de sobreponerse con muchua voluntat y tener una vida digna con su kiosko que era una institución para la Estación.
Descanse en Paz.
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