martes, noviembre 29, 2011

PATÓGENOS EN LA NEVERA

Aeromonas hydrophila, Listeria monocytogenes o Yersinia enterocolotica son algunos de los patógenos con más capacidad para desarrollarse en alimentos refrigerados
El frío de la nevera ralentiza y retarda el crecimiento de microorganismos patógenos, pero no los detiene por completo. Las temperaturas de refrigeración, por tanto, inhiben durante unos días el crecimiento microbiano. Pero debe tenerse en cuenta que, entre 2ºC y 5ºC -la temperatura habitual de los frigoríficos domésticos-, el tiempo de conservación, en general, no debería ser superior a los seis días (salvo algunas excepciones, como los huevos) para evitar que la humedad favorezca la proliferación de hongos y bacterias. Los "patógenos del frío" pueden encontrarse tanto en productos de origen animal como vegetal, aunque son más comunes en los troceados como carne picada porque requieren mayor grado de manipulación.
  • Autor: Por MARTA CHAVARRÍAS
  • Fecha de publicación: 23 de noviembre de 2011

- Imagen: Kathleen Franklin -
Una de las principales medidas para evitar patógenos en la nevera es controlar la temperatura. La fluctuación de grados, o la rotura de la cadena de frío, constituyen la forma más común de riesgo microbiano. A pesar de que el frío ralentiza la actividad de los microorganismos, la refrigeración no implica su eliminación, solo los adormece. Muchos de estos patógenos mantienen su capacidad para multiplicarse, aunque de forma más lenta. Algunos de los patógenos capaces de multiplicarse a temperaturas de refrigeración son Aeromonas hydrophila (pescado, marisco y agua), Listeria monocytogenes (queso fresco, embutidos, carnes y leche) o Yersinia enterocolotica (productos cárnicos como el cerdo). No es recomendable sobrecargar las neveras, ya que no pueden cumplir con su función y, por tanto, los alimentos no se conservan de forma adecuada.
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