lunes, abril 20, 2009

EL VIEJO SILLÓN DE BARBERO. CASTELLAR DE LA FRONTERA.

FOTO SILLÓN DE BARBERÍA Y SACAMUELAS. JUAN.M.CONTRERAS

Para nosotros los que ya tenemos más de sesenta años, no existía nada mas que un Castellar de la Frontera que al igual que Jimena tenía una gran actividad motivada por la vida en el campo de sus alrededores.

Mi amigo Juan Manuel ( El Niño de las Torres) que al igual que yo tiene el ancla echado casi siempre en una parte del pasado, no ha podido evitar el hacer esta preciosa foto a ese viejo sillón de barbería que como adorno, pasará inadvertido para algunos, sin embargo, otros somos capaces de reconstruirlo mentalmente y darle vida , esa vida que aunque sea un ser inerte ha tenido e influido bastante en el ajetreo de un pueblo.

Juan Manuel, me habla un poco del sillón en su parte más negativa diciendo que cuantos piojos habrá visto pasar encima de él y cuantas mentiras se habrán oído a su alrededor, pero como la realidad es muy amplia yo quiero pensar solamente en lo que tendría que ahorrar aquel pobre barbero hasta poder comprarse aquel sillón y con cuanta impaciencia lo esperaría en la Estación del tren para subirlo a bordo de un mulo hasta la ciudad del castillo.

En ese sillón se pelarían muchos chavales de los de antaño, que mientras el paciente barbero hacía su trabajo, él pensaba en la chica tan bonita que con su cántaro en la cabeza( En Castellar las mujeres llevaban los cántaros en la cabeza) pasaba junto a él todos los dias y que tal vez terminara siendo su esposa algún día.

También se sentaron en ese sillón aquellos mayores que cansados de haber trabajado y pasado calamidades, repasaban mentalmente su vida, mientras el barbero cumplía con su trabajo, charla que te charla, porque eso de hablar por hablar era un don innato en este oficio de cortar y afeitar.

Ese sillón, amigo Juan Manuel, debió oír muchas historias bonitas, tal vez muchas alegres y otras tristes, pero en definitiva historias que merecieron la pena ser escuchadas y que nosotros solamente podemos imaginarlas para darles vida junto al sillón.

De Castellar era “Rivas el Zapatero”, aquel que con frecuencia venía a Jimena y gustaba dar bromas pesadas a los chavales como lo hizo con Manolo el Juanorro, Manolín el Sastre y muchos más. Tal vez hasta se sentase en ese viejo sillón para recibir los servicios del barbero del lugar.

En Castellar vivía por aquella época el amigo “ Pozo”( hermano de Juan Pozo) que fue cartero y que seguro también se sentó en ese sillón para pelarse o afeitarse alguna que otra vez.

De Castellar era “ Brígida”, una señora mayor que tenía un hijo inválido que era zapatero y que ella con la paciencia de una verdadera madre venía todas las semanas a Jimena a comprar todo lo que el hijo precisaba para hacer las sandalias y botillos de entonces. Probablemente también ese chaval pudo haberse sentado en nuestro sillón de barbería que parece que no habla pero siente y se pone triste cuando una foto se le hace.

Yo recuerdo que “La Fiesta de la Espiga” se celebró un año en Castellar y pasamos toda la noche en el pueblo calle arriba, calle abajo. Hubo una misa que se celebró por la mañana muy temprano en la entrada al pueblo y desde las murallas el obispo bendijo los campos para mantener la fertilidad. Después al aire libre nos dieron chocolate con bollos de leche, siendo un lujo para aquellos tiempos.

Fíjate, amigo Juan Manuel, cuantas cosas se pueden decir alrededor de ese sillón que tú inconscientemente has fotografiado, pero cosas que son todas verdades y si es que existe vida en el cielo, seguro que el barbero nos estará mirando con deseos de decirnos mas realidades sobre ese viejo sillón de barbería que aunque no lo veamos conserva su vida propia.

Amigo Juan Manuel, como ves, sólo he dicho lo justo, para que el que pase otra vez por Castellar y se fije en el “sillón de barbería”, lo vea no como un tiesto viejo sino como algo que fue importante en la vida de un bonito pueblo como es Castellar con sus murallas y castillo.

Un abrazo.

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