sábado, abril 11, 2009

NUESTRA GASTRONOMÍA DE SEMANA SANTA EN JIMENA DE LA FRONTERA HACE "UN PILÓN" DE AÑOS.

Tras el “amago anual” carnavalero de aquella época con el espíritu carnal de las fechas muy reprimido porque solo se permitia el que saliesen las “máscaras” por la calle a escondidas de los municipales, que hacían la vista gorda, poco a poco íbamos entrando en el ambiente de Semana Santa, dándose el primer paso con aquellos miércoles de ceniza en los que se comenzaba a oler ya el incienso en las puertas de las iglesias.

Los curas se encargaban de fomentar el ambiente religioso con sus “vías Crucis” que se solía hacer con el Cristo crucificado por las calles en procesión y “las caídas” casi siempre se hacian en las puertas de los bares donde el sacerdote platicaba a su gusto.

Formaba parte del ambiente el que los beatos y beatas iban y venían a la iglesia haciendo publicidad entre el vecindario de los actos que se programaban en las dos iglesias. Por su parte los curas revestidos siempre de sus sotanas visitaban a los comerciantes para que aportasen algo de dinero con la finalidad de preparar los pasos, las imágenes y por supuesto pagar a los costaleros ya que algunos de ellos cobraban por “portear” los santos.

Este ambiente cuaresmal, nos iba preparando gastronómicamente y aquellos viernes de vigilia hacían que se aparcase de muchos hogares jimenatos el tradicional puchero diario al que tan acostumbrados estábamos.

Llegaba el Domingo de Ramos con su procesión de La Borriquita y era como una “explosión religiosa” con varios curas, seminaristas, monaguillos por delante con los estandartes religiosos, las cruces y los incensarios. Detrás las autoridades con los mandos de la Guardia Civil portando varas de mando y palmeras blancas. Dos Guardias Civiles con fusiles al hombro custodiaban a Jesús y su borriquita. Detrás la banda de cornetas y tambores local hacía lo que buenamente podíamos capitaneados por Juan Corbacho y Vicente el guardia.

Venían gente del monte, de la campiña y familiares de otros pueblos para ver los pasos jimenatos por nuestras empinadas calles y todo ese ambiente nos hacía olvidarnos de los guisos de carne y de la pringá que siempre acompañaba al puchero.

Estamos en Semana Santa y nuestra gastronomía, como la del resto de pueblos andaluces se transformaba, dando paso a unos primeros platos de “ Caldo de huevo”, “Sopas de pescado”, “ Gazpacho de Espárragos”, “Sopas de ajo”, “Sopas de tomate”, “Arroz con bacalao”, “Potaje de acelgas con bacalao”, “Gazpacho caliente” y otros más que lógicamente no voy a enumerar aquí pero si decirles que nos decían que no se debía comer carne ni caldo de carne, con lo que el puchero estaba totalmente descartado de la dieta en esa semanita.

Los segundos platos en todas las casas eran casi los mismos, siendo los más frecuentes. “ Salmorejos de papas con cebolla y perejil” “Salmorejos de papas con cebolla, perejil y bacalao asado”, “Ensaladilla rusa”, “ Bacalao con tomate”, “ Bacalao frito”, “ Tortillitas de acelgas”, “ Tortillitas de bacalao”, “ Papas fritas con tomate”, “ Papas reliá con huevos” y otros variantes.

Si los Matías o Juan el chillón podían traer pescado, en algunas casas se reforzaban con este material los primeros y segundos platos.

En el tema de los postres como en todas partes lo principal eran : “ Las natillas”, “ El arroz con leche”, “ El flan Chino el Mandarín”, “ Las Gachas”( sin chicharrones) que se tomaban con meloja, miel, azúcar ó leche, según los gustos y lo más típico yo diria que nuestro eran “ Los huevos nevados”.

Para el que no haya comido nunca los huevos nevados le diré que merece la pena probarlos pues yo ayer los comí en casa porque mi madre pasó el testigo( la receta) a mis hermanas y a mi cuñada Dominga, por lo que mi mujer los hace buenísimos. Las Torrijas y el pan frito con miel se hacían pero no se tomaban de postre, se solían degustar con café por las mañanas y para merendar.

En fin, hoy es un día para mi tranquilo y eso ha motivado esta reflexión sobre algo que acompañaba a nuestras Semanas Santas que he querido compartir con vosotros.

Un abrazo.

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