PASEO CIRCULAR DE SETENIL
CALLE TÍPICA DE SETENIL BAJO LAS ROCAS
ENTRADA PRINCIPAL A SETENIL BAJO LAS ROCAS
OTRA PERPESTIVA DE LA ENTRADA PRINCIAL A SETENIL
FACHADA DE IGLESIA EN SETENIL
CADA UNO SUEÑA CON LO SUYO
`PANORÁMICA DE SETENIL DESDE EL MIRADOR
RESTAURANTE Y PARTE DE LA PLAZA EN GRAZALEMA
ESPERANDO COMER MUY PRONTITO EN GRAZALEMA
PREPARADOS PARA PASEAR POR GRAZALEMA
FACHADA DE IGLESIA JUNTO A LA PLAZA PRINCIPAL. GRAZALEMA
TRES INTRUSOS EN LA PLAZA DE TOROS DE VILLALUENGA .
NUESTRO AMIGO PEPE ABRIENDO LA PUERTA DE TORILES
CURRINI ES OBSERVADO MIENTRAS TRABAJA COMO ARENERO
LA FÁBRICA DE QUESOS " EL PAYOYO ". VILLALUENGA.
ESTE BUEN SEÑOR NOS ENSEÑA A HACER QUESOS.
CON LOS QUESOS DEL PAYOYO PARA CASA
HERMOSA PUESTA DE SOL DESDE EL MIRADOR DEL GUADIARO
EL REGRESO DE LOS MIERCOLEROS A CASA.Miercolear es una actividad que sólo podemos hacer Los Miercoleros y desde luego ha de hacerse en un día que sea miércoles, pero si además el miércoles es de semana santa, sucede que el “miercoleo” se convierte en “MIERCOLEO SANTO”.
Llevábamos varios días dándole vueltas sin saber realmente que íbamos a hacer el miércoles santo dia 8 de Abril y como es normal en nosotros, llegó el día señalado y se presentaron los miercoleros jimenatos con su “zurrón” repletito de ilusiones y “rebosando” de temores porque sabían que los miercoleros de Torreguadiaro estaban “tocados de un ala”, tratando de sacudirse el resfriado primaveral de lo alto del “lomo”.
¿ Se puede………..? ¡ era la voz de la miercolera mayor! Que empujaba la puerta del apartamento con más temores que un camaleón en la punta de una rama fina.
¡pasa, pasa…! Y el rostro se le iluminó, cuando comprobó que los miercoleros estaban arreglados y con el nieto dispuestos para aprovechar la jornada al máximo.
¡ Lo que hacen los Ibuprofenos!, te mantienen de pie y hasta ves las cosas de otra forma mientras dura el efecto.
No traían ruta preestablecida, tampoco se habían traido el Tom tom, pero venían “cargaitos” de alegría y con ganas de salir de la monotonía semanal del trabajo continuado.
Intercambios de saludos y en cinco segundos las dos mujeres nos habían “tirao” por la borda toda la programación de la ruta a seguir porque decían que Olvera y Villaluenga estaban muy cerquitas una de otra y esto sirvió para reirnos de lo lindo ya que como decía un “guasón” los vecinos de Olvera abren sus ventanas por las mañanas y saludan a los de enfrente de Villaluenga…. ¡ Buenos días vecinos como estais…!
Las mujeres marcaron la ruta y los demás pusimos el empeño en no perdernos por el camino, así que derechitos a San Pedro Alcántara, Ronda y sobre las doce ya estábamos en SETENIL DE LAS BODEGAS.
Es un pueblo que merece la pena visitar cuanto antes porque es muy bonito y ayer ya tenía el encanto de la semana santa. Sus calles son bastante empinadas y sus cuestas un poco duras de roer pero para nosotros los jimenatos eso es pan comido.
El pasear por esas calles cubiertas de rocas y el ver que las casas son cuevas te hacen sentirte feliz y contento porque estás viendo algo distinto a la cotidianidad del trabajo diario o a la contemplación de la pared blanca del apartamento del vecino.
Esta vez hemos conocido Setenil como se merece, sus bonitas calles, sus embarradas, sus escaleras ( que tienen miga) y entre sus bares elegimos como es natural el “Bar La Tasca” donde picamos un poco y nos refrescamos con unas cervecitas, donde Pepe y un servidor decidimos, con permiso de las señoras, que debiamos continuar hasta Grazalema donde comeríamos si llegábamos a buena hora.
Para nosotros no había problemas porque ya lo dice el refrán… “ Todos los caminos van a Grazalema”, así que con el Tom tom llegamos en un “periquete”. A las 15,00 horas estábamos aparcando en La Plaza Pequeña, tratando de elegir un buen lugar donde comer y como los jimenatos hemos nacido todos “con un pan debajo del brazo” apareció el amigo ( de ellos no mío) José Maria que muy amablemente nos saludó y no tuvo ni que hablar pues con el dedo indice señaló señaló para un restaurante y después se pudo la mano como una piñita sobre la boca y desde la ventanilla del camión frigorífico dijo….- No olvidaros de pedir de postre las “torrijas”.
Gracias a José María comimos estupendamente, pero en realidad estábamos “desganaillos” y por eso mi amigo Pepe no quiso ni probar las famosas torrijas santas del lugar, así que volveremos otro día para que las pueda probar un poco.( Salmorejos, Sopas de Picadillo, Sopa de Grazalema, Secretos Ibéricos, Bacalao con tomate, Croquetas caseras, Filete de ternera, TORRIJAS SANTAS y un corto largo pero negro,. Su agua, sus cervezas y sus cocacolas).
Como después de comer no era recomendable sentarse, recorrimos buena parte de las preciosas calles del pueblo, el mirador y regresamos a la Plaza Pequeña para seguir nuestra ruta hacía Villaluenga del Rosario.
Tenía yo mucho interés en que los Miercoleros Jimenatos viesen la plaza de toros de este pueblo porque creo que es la más antigua de España, cuyos graderíos siempre fueron las rocas de la montaña y su “redondel” resulta que no es redondo sino cuadrado.
Vista la plaza dimos un corto paseo por el pueblo y fuimos derechitos a la fábrica de Quesos Payoyos donde después de probar las distintas clases adquirimos la mercancía muy “baratita” y continuamos rumbo a Benaocaz y Ubrique de las Petacas que por ser dos ciudades bastantes conocidas por el respetable miercolero, no quisimos visitar, aunque paramos en Cortes de la Frontera donde entramos en el Meson Montero para saludar a Jacinto ( que no estaba) y tomarnos unos cafelitos.
Lo demás vino sólo que era Gaucín, Manilva, Sabinillas y Torreguadiaro.
La jornada Miercolera por ser Santa, ha resultado maravillosa y los lazos de sincera amistad entre los miembros del grupo se han fortalecido y ya estamos soñando para que llegue otro miércoles como este y poder disfrutarlo como se merece.
Queridos Miercoleros, espero no haberos aburrido con tan largo caminar por las letras de un sendero que resulta difícil de contar porque la realidad fue mucho mejor de lo contado.
Un abrazo.
Llevábamos varios días dándole vueltas sin saber realmente que íbamos a hacer el miércoles santo dia 8 de Abril y como es normal en nosotros, llegó el día señalado y se presentaron los miercoleros jimenatos con su “zurrón” repletito de ilusiones y “rebosando” de temores porque sabían que los miercoleros de Torreguadiaro estaban “tocados de un ala”, tratando de sacudirse el resfriado primaveral de lo alto del “lomo”.
¿ Se puede………..? ¡ era la voz de la miercolera mayor! Que empujaba la puerta del apartamento con más temores que un camaleón en la punta de una rama fina.
¡pasa, pasa…! Y el rostro se le iluminó, cuando comprobó que los miercoleros estaban arreglados y con el nieto dispuestos para aprovechar la jornada al máximo.
¡ Lo que hacen los Ibuprofenos!, te mantienen de pie y hasta ves las cosas de otra forma mientras dura el efecto.
No traían ruta preestablecida, tampoco se habían traido el Tom tom, pero venían “cargaitos” de alegría y con ganas de salir de la monotonía semanal del trabajo continuado.
Intercambios de saludos y en cinco segundos las dos mujeres nos habían “tirao” por la borda toda la programación de la ruta a seguir porque decían que Olvera y Villaluenga estaban muy cerquitas una de otra y esto sirvió para reirnos de lo lindo ya que como decía un “guasón” los vecinos de Olvera abren sus ventanas por las mañanas y saludan a los de enfrente de Villaluenga…. ¡ Buenos días vecinos como estais…!
Las mujeres marcaron la ruta y los demás pusimos el empeño en no perdernos por el camino, así que derechitos a San Pedro Alcántara, Ronda y sobre las doce ya estábamos en SETENIL DE LAS BODEGAS.
Es un pueblo que merece la pena visitar cuanto antes porque es muy bonito y ayer ya tenía el encanto de la semana santa. Sus calles son bastante empinadas y sus cuestas un poco duras de roer pero para nosotros los jimenatos eso es pan comido.
El pasear por esas calles cubiertas de rocas y el ver que las casas son cuevas te hacen sentirte feliz y contento porque estás viendo algo distinto a la cotidianidad del trabajo diario o a la contemplación de la pared blanca del apartamento del vecino.
Esta vez hemos conocido Setenil como se merece, sus bonitas calles, sus embarradas, sus escaleras ( que tienen miga) y entre sus bares elegimos como es natural el “Bar La Tasca” donde picamos un poco y nos refrescamos con unas cervecitas, donde Pepe y un servidor decidimos, con permiso de las señoras, que debiamos continuar hasta Grazalema donde comeríamos si llegábamos a buena hora.
Para nosotros no había problemas porque ya lo dice el refrán… “ Todos los caminos van a Grazalema”, así que con el Tom tom llegamos en un “periquete”. A las 15,00 horas estábamos aparcando en La Plaza Pequeña, tratando de elegir un buen lugar donde comer y como los jimenatos hemos nacido todos “con un pan debajo del brazo” apareció el amigo ( de ellos no mío) José Maria que muy amablemente nos saludó y no tuvo ni que hablar pues con el dedo indice señaló señaló para un restaurante y después se pudo la mano como una piñita sobre la boca y desde la ventanilla del camión frigorífico dijo….- No olvidaros de pedir de postre las “torrijas”.
Gracias a José María comimos estupendamente, pero en realidad estábamos “desganaillos” y por eso mi amigo Pepe no quiso ni probar las famosas torrijas santas del lugar, así que volveremos otro día para que las pueda probar un poco.( Salmorejos, Sopas de Picadillo, Sopa de Grazalema, Secretos Ibéricos, Bacalao con tomate, Croquetas caseras, Filete de ternera, TORRIJAS SANTAS y un corto largo pero negro,. Su agua, sus cervezas y sus cocacolas).
Como después de comer no era recomendable sentarse, recorrimos buena parte de las preciosas calles del pueblo, el mirador y regresamos a la Plaza Pequeña para seguir nuestra ruta hacía Villaluenga del Rosario.
Tenía yo mucho interés en que los Miercoleros Jimenatos viesen la plaza de toros de este pueblo porque creo que es la más antigua de España, cuyos graderíos siempre fueron las rocas de la montaña y su “redondel” resulta que no es redondo sino cuadrado.
Vista la plaza dimos un corto paseo por el pueblo y fuimos derechitos a la fábrica de Quesos Payoyos donde después de probar las distintas clases adquirimos la mercancía muy “baratita” y continuamos rumbo a Benaocaz y Ubrique de las Petacas que por ser dos ciudades bastantes conocidas por el respetable miercolero, no quisimos visitar, aunque paramos en Cortes de la Frontera donde entramos en el Meson Montero para saludar a Jacinto ( que no estaba) y tomarnos unos cafelitos.
Lo demás vino sólo que era Gaucín, Manilva, Sabinillas y Torreguadiaro.
La jornada Miercolera por ser Santa, ha resultado maravillosa y los lazos de sincera amistad entre los miembros del grupo se han fortalecido y ya estamos soñando para que llegue otro miércoles como este y poder disfrutarlo como se merece.
Queridos Miercoleros, espero no haberos aburrido con tan largo caminar por las letras de un sendero que resulta difícil de contar porque la realidad fue mucho mejor de lo contado.
Un abrazo.
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