viernes, abril 10, 2009

LAS TORRIJAS DE GRAZALEMA.

No os voy a decir que vayáis expresamente a Grazalema para probar las torrijas que de postre tomamos el miércoles en un restaurante de la plaza grande, pues sería un absurdo, pero como Grazalema es un pueblo con unos recursos turísticos bastante consolidados, ofrece al visitante un abanico amplio de posibilidades para pasarlo bien en cualquier época del año.

Desde que era pequeñito, cuando aún no existía el pan de molde, ya en el pueblo tomábamos las torrijas en Semana Santa bien con miel, con vino ó con canela molida y azúcar por encima con un sabor tradicional a pan casero del que se dejó de hacer en las casas hace muchos años.

Apareció el pan de molde y las torrijas adquirieron otro aire más moderno, jovial, con un sabor más refinado y además variadas en su forma, textura y presentación.

Las distintas clases de pan existentes hoy en dia en los mercados, posibilitan el hacer unas torrijas al gusto de todos con la añadidura de que los ingredientes básicos como son el aceite, la miel y el azúcar son muy variados y se encuentran de unas calidades francamente extraordinarios.

Hace unos días mi amiga Carmen quiso compartir con todos sus amigos la receta de Torrijas de su pueblo, que he comprobado con las que hacemos por aquí y son prácticamente las mismas, así que su buen sabor y exquisitez están garantizados.

Si quiero hablar de las “Torrijas de Grazalema” no es porqué yo lleve comisión publicitaria ni nada de eso, ni siquiera tuve la precaución de fijarme en el nombre del restaurante donde las comimos.

En realidad se trata de que nunca me habían puesto por delante una torrija de esa forma, es decir que son parecidas a la de mi amiga Carmen, pero la rebanada de pan es un poco más grande y doblada en libro y ahí viene lo novedoso, es que su interior estaba relleno de helado de vainilla y al lado un poco de nata montada.

FOTO: BLOG DE CARMEN

seguramente no han descubierto la pólvora como solemos decir, pero a mi me hizo gracia y además tengo que felicitar al restaurante porque estaba buenísima y por eso me permito aconsejaros que si vais en Semana Santa a Grazalema la pidais como postre que os encantará por la curiosa presentación y por su buen sabor.

Con mi reflexión he querido decir que las torrijas se han modernizado con los tiempos y todavía me hizo más gracia cuando un señor de Grazalema me comentó que hay allí un hotel cuya carta las incluye de la siguiente forma: “ Torrijas rellenas de vainilla en salsa de fresones sobre nido de chocolate”.

Los Miercoleros comparten conmigo la idea de volver el próximo año por si podemos probarlas de nuevo.

Un abrazo.

2 comentarios:

Carmen dijo...

Amigo muchísimas gracias por la mención que haces sobre mi blog y las torrijas que yo hago. Eres un encanto.

Sobre las torrijas de Grazalema me has dejado con la boca hecha agua... Mmmmmm con helado y nata... ¡Qué ricas!

Tendré que ir a probarlas, pero claro, ya tendré que esperar al año que viene... sólo las tendrán en Semana Santa.

Un besito para los miercoleros y otro gigante para tí

Currini dijo...

Carmen realmente he puesto la mención y el hipervínculo a tu blog porque merece la pena leer todo lo que escribes y las cosas que se aprenden de ti todos los días.

Me llamó mucho la atención lo de las torrijas con la nata y sobre todo con el helado de vainilla dentro, realmente les da un toque especial.

Pronto me voy de viaje ya te lo avisaré para que no suceda lo de la otra vez.

Un abrazo