miércoles, febrero 16, 2011

RAYOS, TRUENOS Y TORMENTAS SE ALEJABAN POR LOS REZOS Y PLEGARIAS EN LOS ESCONJURADEROS




Esta mañana comenzaron a caer "Chuzos de punta", "rayos " y "centellas". Fue cosa de pocos minutos, pero me sobraron para sentirme preocupado pues hasta un cable salió ardiendo y estamos sin luz artificial y seguro que de haberme tocado vivir en otro tiempo habría cogido mis fetiches como la pata de conejo, las tripas de una rana y los pelos de las crines de un caballo tordo y me habría puesto a conjurar para que los malos espirítus nos abandonasen. No estamos ya en época de creer en esas cosas y para éllo contamos con buenos servicios de meteorología que a través de los telediarios nos informan de lo que va a suceder aunque otra cosa distinta es que tengamos los medios necesarios para combatir los desastres naturales.
En realidad mi sobrecogimiento por las tormentas y los rayos, me ha llevado a desempolvar unas notas que tomé hace muchísimo tiempo cuando estuve en el Pirineo Aragonés y es que en lo alto de los valles hay bastantes pequeños edificios en forma de ermitas que me llamaron la atención y tras preguntar a un campesino, me dijo que eran "ESCONJURADORES" y que en otro tiempo sirvieron para rezar y alejar los espiritus malignos de todo tipo y sobre todo las tormentas y desastres cósmicos.
Con más detalles, explico que un esconjuradero (esconchurador en aragonés) es una pequeña construcción religiosa de origen medieval exclusiva del Pirineo, sobre todo aragonés, aunque también se pueden encontrar en algunos valles de Cataluña y el Pirineo Francés. Cumplia funciones a medio camino entre las antiguas tradiciones paganas y la religión católica, está abierta a los cuatro puntos cardinales, y era usada como lugar para esconjurar o conjurar las tormentas, es decir, realizaban un ritual en el que se solicitaba el cese de las lluvias que tantos perjuicios traían a la agricultura. Los esconjuraderos solían estar cerca de las iglesias católicas, especialmente las ermitas.

Actualmente, están en desuso, y la mayor parte de ellos, en mal estado, aunque se conservan algunos como el Esconjuradero de la Cruz Blanca, en Coscullano.

La iglesia hizo suya toda esta chupaletrina de las creencias paganas del pueblo y en vez de combatirla, la hizo toda suya y hasta dentro de sus iglesias y catedrales construyó los conjuratorios.
El conjuratorio es una parte de la iglesia, habitualmente de modestas dimensiones, adosado a una torre, campanario o espadaña, o de alguna manera situado en altura; y siempre provisto de un vano -ventana o balcón-. Su función era permitir al sacerdote la conjuración de las tormentas o realizar distintos rituales apotropaicos o propiciatorios, como la bendición de los campos u otros. Los hay de destacado valor artístico, como los de la catedral de Murcia.

Asociado a los rituales del conjuratorio había todo tipo de prácticas más o menos cristianizadas de religiosidad popular o superstición, según cómo se interpreten. Una de ellas eran las oraciones denominadas tentenublo (Detente, nublado), como ésta: Tentenublo, tente en ti, no te caigas sobre mí; guarda el pan, guarda el vino, guarda los campos, que están floridos.
En JIMENA cuando hacía falta la lluvia para los campos y solo caían cuatro gotas y media,los niños soliamos cantar con mucha gracia aquello de... Que llueva, que llueva, virgen de la Cueva, los pajarillos cantan, las nubes se levantan, que sí... que no, que caiga un chaparrón en medio de la Estación, que rompa tus cristales y los míos no.



Bueno pues cuando he terminado de escribir, se ha marchado el temporal y aunque seguimos sin luz eléctrica, se han ido los malos agüeros, tal vez tengamos que construir algunos de estos esconjuratorios para rezar un "tentenublo" que haga de complemento a las previsiones de nuestros inteligentes meteórologos.



La idea era la de explicar algo novedoso que cuando viajemos a los pirineos aragoneses, nos ilustre y podamos entender mejor esas construcciones abandonadas en los montes y valles.

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