Me gusta sorprender con algo distinto cada día y que nada tenga que ver con lo que nos “machacan” constantemente los medios de comunicación y por eso estoy decidido a contar lo que está sucediendo a nuestras colonias de osos pardos en la Cordillera Cantábrica y Pirenaica, que la FAPAS está tratando de resolver.
Como todos sabemos, los osos corresponden a este tipo de animales que inverna todos los años, es decir que se mete en su cueva y durante todo el invierno se queda profundamente dormido consumiendo su reserva de grasas acumuladas durante el resto del año y es cuando en estas oseras dan a luz esos preciosos ositos que permanecen junto a sus madres acurrucaditos hasta que el buen tiempo les hace salir para disfrutar de la vida.
Quiero recordar que cuando éramos jóvenes y nos acostábamos algunas veces habiendo comido un poco menos de lo habitual, comenzábamos a dar vueltas en la cama sin poder cerrar un ojo, hasta que venciamos la pereza y nos levantábamos e íbamos a la cocina y tras comer algo, volviamos a la camita caliente y nos quedábamos “frititos” al instante y soñando con lo que fuese.
Ese es el problema que actualmente tienen nuestros osos pardos norteños y es que están apareciendo en el invierno totalmente despiertos y buscando como locos toda la comida posible que les permita volver a la osera y seguir durmiendo placidamente, sólo si es macho y, con sus ositos si es hembra.
Estudiada la causa de esta anomalia de los osos españoles, resulta que se debe a que durante el periodo activo no han ingerido la cantidad suficiente de grasas, que les permita acumular las reservas necesarias para tan largo periodo de reposo absoluto y la culpa de todo esto, parece ser, que lo tiene la enfermedad de las “Vacas Locas” ya que estos aninmales que antes morian y se quedaban abandonados para alimento de los osos y las aves de rapiña, ahora han de ser incinerados rápidamente y nuestros osos se quedan con más hambre que “los pavos del Begueto” y por eso no pueden conciliar el sueño y se levantan, como nos sucedia a nosotros, para poder comer, e intentar seguir durmiendo después otra vez.
Este comportamiento anómalo de nuestros osos pardos, como consecuencia de la falta de carne en su alimentación, está ocasionando problemas como por ejemplo el que sus salidas coinciden con la fecha autorizada para cazar y los cazadores los confunden con jabalíes y les disparan, por lo que su número está descendiendo considerablemente y además las hembras en estas salidas para buscar comida dejan abandonadas a sus crias a merced de los depredadores que aprovechan la ocasión como es lógico en ese mundo tan hostil.
Otro problema es que los osos pardos en sus salidas para buscar comida, están diezmando las colmenas y son muchos los colmeneros que se han quejado ya de estos hambrientos animalitos que de alguna forma nos toca proteger para que no caigan en la extinción a la que se ven avocados irremisiblemente y que no se dormirán cantándoles una “nana”, sino que tendremos que darles de comer de alguna manera para que puedan conciliar sus sueños placidamente.
Un abrazo.
Como todos sabemos, los osos corresponden a este tipo de animales que inverna todos los años, es decir que se mete en su cueva y durante todo el invierno se queda profundamente dormido consumiendo su reserva de grasas acumuladas durante el resto del año y es cuando en estas oseras dan a luz esos preciosos ositos que permanecen junto a sus madres acurrucaditos hasta que el buen tiempo les hace salir para disfrutar de la vida.
Quiero recordar que cuando éramos jóvenes y nos acostábamos algunas veces habiendo comido un poco menos de lo habitual, comenzábamos a dar vueltas en la cama sin poder cerrar un ojo, hasta que venciamos la pereza y nos levantábamos e íbamos a la cocina y tras comer algo, volviamos a la camita caliente y nos quedábamos “frititos” al instante y soñando con lo que fuese.
Ese es el problema que actualmente tienen nuestros osos pardos norteños y es que están apareciendo en el invierno totalmente despiertos y buscando como locos toda la comida posible que les permita volver a la osera y seguir durmiendo placidamente, sólo si es macho y, con sus ositos si es hembra.
Estudiada la causa de esta anomalia de los osos españoles, resulta que se debe a que durante el periodo activo no han ingerido la cantidad suficiente de grasas, que les permita acumular las reservas necesarias para tan largo periodo de reposo absoluto y la culpa de todo esto, parece ser, que lo tiene la enfermedad de las “Vacas Locas” ya que estos aninmales que antes morian y se quedaban abandonados para alimento de los osos y las aves de rapiña, ahora han de ser incinerados rápidamente y nuestros osos se quedan con más hambre que “los pavos del Begueto” y por eso no pueden conciliar el sueño y se levantan, como nos sucedia a nosotros, para poder comer, e intentar seguir durmiendo después otra vez.
Este comportamiento anómalo de nuestros osos pardos, como consecuencia de la falta de carne en su alimentación, está ocasionando problemas como por ejemplo el que sus salidas coinciden con la fecha autorizada para cazar y los cazadores los confunden con jabalíes y les disparan, por lo que su número está descendiendo considerablemente y además las hembras en estas salidas para buscar comida dejan abandonadas a sus crias a merced de los depredadores que aprovechan la ocasión como es lógico en ese mundo tan hostil.
Otro problema es que los osos pardos en sus salidas para buscar comida, están diezmando las colmenas y son muchos los colmeneros que se han quejado ya de estos hambrientos animalitos que de alguna forma nos toca proteger para que no caigan en la extinción a la que se ven avocados irremisiblemente y que no se dormirán cantándoles una “nana”, sino que tendremos que darles de comer de alguna manera para que puedan conciliar sus sueños placidamente.
Un abrazo.
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