martes, abril 15, 2008

ENCUENTRO CASUAL CON ELOY PEREZ GIL Y JOSÉ EL ACEITERO EN LA BARCA MORENO.

Estoy abriendo la cancela de hierro de salida de la finca de mi cuñado y observo como dos personas vienen por la carretera charlando de forma muy animada y como es lógico por la peculiar forma de hablar de ambos, no había que preguntar de quien se trataba y eran sin equivocarme Eloy Perez Gil Y José Fernández (El Aceitero).

Inmediatamente me fui para ellos y José no me conoció muy bien…pero Eloy de momendo dice…. “Que haces Currro….como estás..? y en ese entendimiento mútuo de toda la vida en el pueblo, hizo que en cinco minutos que pudimos estar juntos pasasen por nuestras mentes infinidad de recuerdos, que por la premura de que me estaban esperando , no pudimos intercambiar pero quedó perfectamente claro que él vivia en Jimena y yo en Torreguadiaro y que nuestras casas estaban en Algeciras muertas de risa, la mía vacía y la suya ocupada por su hijo.

Me monté en el todoterreno que con la puerta abierta me esperaba y cámara en mano me marché para tratar de conseguir fotos de las cigüeñas que según me habian comentado, estaban por la Zona de Dorado.

Ni que decir tiene, que mientras tiraba las fotografías, no paraba de acordarme tanto de Eloy como de José, cuando eran mucho más jóvenes y la verdad no recuerdo haberlos visto en aquellas fechas juntos, aunque amistad han tenido desde siempre porque como suelo decir allí nos conociamos todos y las circunstancias de cercanía eran las que permitian se fomentase más o menos la amistad íntima.

No le falta razón a mi amigo Martín Cano, cuando en uno de sus comentarios apuntó a Tiojimeno que un buen entrevistado podría ser Eloy “Perejil”( así lo solíamos nombrar) pues es un gran conversador con unos conocimientos bastante centrados y una cultura muy aceptable desarrollada dentro de una gran familia muy querida por todo el pueblo.

La diferencia de edad no permitió el que fuésemos amigos pero coincidí mucho con él porque cuando yo trabajaba en la Hermandad de Labradores llegué a coger bastante amistad con su hermano José Luis( Q.E.P.D.) ya que muchas tardes venia a nuestra oficina a utilizar nuestra máquina de escribir de carro grande porque ponía todas las letras ( efectos bancarios de cobro) unas a continuación de otras y le resultaba muy facil el cumplimentarlas con los datos y nombre de sus clientes a los que vendía plata y oro( a él le compré a plazos el primer reloj Citizen automático que tuve).

Si te parabas a charlar con Eloy, tenias un rato agradable garantizado por su dulzura y la forma tan peculiar de decir las cosas. Por ejemplo puedo decir que estuvimos junto muchas veces en La Adoración Nocturna y en aquella sacristía mientras los demás hacian su turno, los que quedábamos libres nunca dormiamos porque charlábamos y charlábamos durante horas y horas y yo me quedaba boquiabierto,sobre todo cuando intercambiaban conversación Eloy y Miguel Cuenca Avilés ( Miguel El Practicante)con sus cocurrencias continuadas una detrás de otrás y a cual mejor. Miguel decía que una vez fue de caceria de escopeta con Pedro El Aceitero y que se lo encontró sentado debajo de un árbol muerto de sed ya que le habia dado la cantimplora de agua a los perros y hacía un calor sofocante imposible de aguantar y cuando Miguel se sienta a su lado le dice.. con mucha guasa….. Pedro…¿ No te comerias ahora un huevo cocido duro…., un polvorón de Antequera y un membrillo de esos “nuosos” …? Y el otro pobre gritaba…!Callate por favor… que no puedo ni tragar saliva…! Eloy y yo nos tirábamos de risa escuchando aquellas cosas. Después Eloy,dijo aquel DIA, os voy a contar lo que sucedió una vez que mis padres se fueron de viaje por unos días y es que nos dejaron comida preparada, huevos y patatas, así que mi hermano Antonio y yo, todos los días cogiamos los platos sucios y los íbamos poniendo unos encima de otros hasta que se terminaron y fuimos a la tienda y cogimos más y seguimos haciendo montones de platos sucios hasta que regresearon mis padres del viaje y cuando vieron aquellos montones de platos sucios,se enfadaron muchísimo, pero la verdad no caimos en que aquello había que fregarlo. Cada vez que me acuerdo me rio una barbaridad y seguro que Eloy ni se acordará de eso que nos contaba con tanta gracia y buen talante.

De José El Aceitero tengo pocas cosas que contar pues le recuerdo siempre trabajando con aquellos mulos que tenían para repartir el aceite por las tiendas, sobre todo cuando lo llevaban frente a mi casa a la tienda de Jacinta y vaciaban los pellejos en un bidón que habia debajo del mostrador del que se sacabada con un medidor de aquellos que habia en todas las tiendas con una gran palanca que al oprimirse subía el aceite y caia en la botella que se ponía debajo. Como después empezó a venir el aceite en envases de plástico pues aquellos medidores fueron desapareciendo poco a poco de las tiendas y estos aceiteros tuvieron que cambiar sus mulos por vehículos y muchos otros, como sucedia a tantas personas, se tuvieron que cambiar de profesión. A José se le reconoce perfectamente por su buen torrente de voz que todavía conserva, pero yo particularmente me doy cuenta que tiene buenos amigos como Eloy y Antonio Sánchez( El Barbero) y que comparte con ellos buenos ratos allí en su “finquita” de La Barca Moreno y eso es algo que yo valoro bastante en las personas.

En fin, hemos echado el rato, recordando un poquito de las cosas que pertenecen a la buena gente de mi pueblo y que a veces es necesario airear para conocimiento de los demás y orgullo de ellos mismos.

Un abrazo. Currini

1 comentario:

Martín Cano dijo...

Paco:
A pesar de la diferencia de edad con Eloy, tuvimos una época , a partir de la cual pasamos muchos y muy buenos ratos junto a otros como Bartolito el carpintero. Nos tomabamos nuestras copitas y Eloy siempre nos cautivaba con su conversación, por su forma de decir, su agrado. Es un hombre de conversación seductora. Recuerdo que una vez comiendo en Casares en casa Benilda(sra. mayor)le hice referencia a que yo era de Jimena y , precisamente, me dijo que conocía de Jimena a Eloy y que no había conocido una persona con tanto agrado. Le compraba cosas de oro.
Saludos.