Hoy me siento un poco “tontorrón” y me ha dado por ver algunas fotos de mis viajes de hace unos años atrás y lo que suele suceder cuando te encuentras de esa forma, es que no sabes si estás aquí ó dentro de esas fotos, recordando aquellos momentos vividos y que por supuesto, si se viven en el mismo lugar siempre tendrán un sabor totalmente distinto a los que vivimos hace años. 
Cuando llego a las fotos de Salamanca, siempre suelo pararme porque esta ciudad tiene un encanto especial que me hace sentirme otro. Su Plaza Mayor es algo que “rezume” antigüedad, belleza y tranquilidad por todas partes y si seguimos hablando de su hermosa catedral, de sus casas señoriales y de su Universidad, creo que no tenemos palabras para describirlo.
Dejando todo eso a un lado, quiero contaros que allí hay un precioso y sobrio jardín, muy cerquita de la catedral, en el que merece la pena sentarse y tras respirar el olor intenso de sus flores, dejar suelta la imaginación hasta tropezar con esos textos de la literatura nuestra que nos hacían estudiar en nuestra juventud.
Cuenta la tradición Salmantina que en este Huerto transcurre el fatal desenlace de los dos amantes de la obra de Fernando de Rojas “ La Celestina”.
El Huerto o Parque está construido sobre los restos de la antigua muralla de la ciudad, muy cerquita de la conocida como Catedral Nueva. Desde el jardín se ve una espléndida panorámica de la orilla del río Tormes.
Como veis queridos amigos, cuando vayáis sin prisas a Salamanca, no dejéis de asomaros a este huerto para daros cuenta de que el escritor supo dar vida en ese lugar a algo que sintió en sus adentros para disfrute de los demás.
Allí está el busto de la Celestina con aquella inscripción tan significativa: “Soy una vieja cual Dios me hizo. No peor que todas, si bien o mal vivo, Dios es el testigo de mi corazón.”
A veces no es necesario salir de viaje para visitar bonitos y tranquilos lugares que nos hacen conectar con los grandes escritores del pasado que sin duda alguna siguen vivos eternamente entre nosotros. Una simple foto, es una chispa viva que enciende la llama del recuerdo y la imaginación.
Un abrazo.
Cuando llego a las fotos de Salamanca, siempre suelo pararme porque esta ciudad tiene un encanto especial que me hace sentirme otro. Su Plaza Mayor es algo que “rezume” antigüedad, belleza y tranquilidad por todas partes y si seguimos hablando de su hermosa catedral, de sus casas señoriales y de su Universidad, creo que no tenemos palabras para describirlo.
Dejando todo eso a un lado, quiero contaros que allí hay un precioso y sobrio jardín, muy cerquita de la catedral, en el que merece la pena sentarse y tras respirar el olor intenso de sus flores, dejar suelta la imaginación hasta tropezar con esos textos de la literatura nuestra que nos hacían estudiar en nuestra juventud.
Cuenta la tradición Salmantina que en este Huerto transcurre el fatal desenlace de los dos amantes de la obra de Fernando de Rojas “ La Celestina”.
El Huerto o Parque está construido sobre los restos de la antigua muralla de la ciudad, muy cerquita de la conocida como Catedral Nueva. Desde el jardín se ve una espléndida panorámica de la orilla del río Tormes.
Como veis queridos amigos, cuando vayáis sin prisas a Salamanca, no dejéis de asomaros a este huerto para daros cuenta de que el escritor supo dar vida en ese lugar a algo que sintió en sus adentros para disfrute de los demás.
Allí está el busto de la Celestina con aquella inscripción tan significativa: “Soy una vieja cual Dios me hizo. No peor que todas, si bien o mal vivo, Dios es el testigo de mi corazón.”
A veces no es necesario salir de viaje para visitar bonitos y tranquilos lugares que nos hacen conectar con los grandes escritores del pasado que sin duda alguna siguen vivos eternamente entre nosotros. Una simple foto, es una chispa viva que enciende la llama del recuerdo y la imaginación.
Un abrazo.
3 comentarios:
Joer Currini, esto ya es telepatía.
¿A que no adivinas donde estoy?
La solución en TJD.
Coincidencias de la vida, nuestro Tiojimena está en Salamanca y seguro que visita el Huerto de Calixto y Melibea.
Un abrazo amigo Ricardo.
Currini
Fe de errata: "TIOJIMENO"
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