Dice un refrán de mi pueblo que “ de bien nacido es ser agradecido”.Pues si señor que estoy muy contento esta mañana por varias razones y la primera es que esta mañana muy temprano he encendido mi computadora( así se llamaban antes a los ordenadores) y la verdad ya tenía dos comentarios anónimos en mi blog que sin lugar a dudas son de nuestros amigos los miercoleros.
En unos de estos mensajes se me decía que mirase en la puerta de la calle que nos habían dejado un regalito, así que salí y me ha dado mucha alegría el ver esos espléndidos molletes que me he apresurado a calentar adecuadamente para después tomarlos con un buen tazón de café con leche recién hecho.
A veces un “regalito” de este tipo te hace más ilusión que si te hubiesen comprado un buen coche, porque cuando los detalles salen del corazón, también en el corazón se reciben y nos hace respirar mejor y más felices.
Estos miercoleros no saben que hoy sin darse cuenta me han felicitado no solamente con un estupendo mollete, sino que además he podido recordar cosas interesantes entorno a esta forma de hacer el pan nuestro de cada día y que en otro tiempo nuestros panaderos se lo pintaban solos, porque ya no se hacen aquellos molletes artesanales que tanto nos gustaban a los jimenatos.
Otra de las alegrias de esta mañana, ha sido que he recibido dos llamadas de mis hijas deseándome que pase un feliz día de mi santo y es que señores mios de vez en cuando hay que acordarse de aquel San Francisco de Paula, amigo de los pobres, que con un solo higo dio de comer a un montón de personas hambrientas.
Volviendo al tema de los molletes-miercoleros, no he podido evitar el recordar aquellas dos panaderías en las que se hacían los mejores molletes del mundo como eran la de “La Guapa”, Ana Gómez
y la de “Luis Luque”. En estas panaderías trabajó el inolvidable Federico Mota que fue un verdadero artífice en la profesión de hacer pan y si llegamos al punto de los molletes y aquellas tortas enormes, aquí había que quitarse el sombrero y no pensar en esos molletes de Antequera que vienen ahora y que aunque tengan fama no se acercan a aquellos nuestros ni un solo palmo.
Los molletes eran mas bien un desayuno de invierno y parece que los estoy viendo muy finitos y recubiertos de harina fina y blanca. La “estampa” invernal de Jimena era preciosa con esas criaturas empujando los “postigos” de las puertas y gritando con dulzura- ¿ Quiere molletes..?. Cuando se contestaba;- ¡ sí.. ya voy!, aquella carita se iluminaba de alegría y con mucho cuidado levantaba un pico del blanco paño que cubría el canasto para darte los molletes y que no se enfriase el resto de la mercancía que venía “calentita”.
En Jimena había familias a cuyos miembros infantiles les decían los “molleteros” por la profesión de vender este producto mañanero todos los días por las puertas de las casas del pueblo.
Los molletes los liábamos corriendo en otro trapo para que no se enfriasen y nuestras madres ( que lo hacían todo) nos arrimaban aquel tazón de café negro de cebada y nos juntaban en las dos partes del mollete aquella pringue de morcilla que hacía las delicias de cualquiera.
Otra especialidad de estos panaderos nuestros para el desayuno, eran aquellas tortas finitas de pan que se migaban en una fuente con aceite y sal para alegrarnos el paladar junto con la taza de café.
En esos días de feria que no nos acostábamos, sobre las siete de la mañana comprábamos un par de tortas de esas grandes y en el Bar de Vecina nos las desayunábamos con el cafelito caliente toda la pandilla.
Gracias, queridos miercoleros, porque mientras desayunaba vuestro mollete, en mi mantel de hule, me he acordado de muchas cosas del pueblo, que ahora serán distintas y que por supuesto para nosotros ya no volverán jamás.
Un abrazo.
4 comentarios:
En Antequera, lugar donde nació mi padre, también hay un tipo de pan llamado "mollete".
Un rampyabrazo
Rampy
Gracias Rampy por darte una vueltecita por aquí.
Conozco Antequera, es una gran ciudad con restos arqueológicos interesantes y El Torcal merece la pena "patearlo" con unas buenas botas o tenis.
Los molletes de Antequera son famosos y los venden todos los días por nuestra zona y por casi toda España.
El mollete de Jimena del que hablo ya no se hace porque no ha habido continuidad, era algo artesanal exquisito pero que los de Antequera tambien son buenos aunque distintos a los de antes.
Un curriabrazo.
Currini
M e alegro mucho que sin saberlo te hallamos alegrado el dia de tu santo FELIZ DIA tus amigos los miercoleros besos
Cuántos recuerdos Currini.
Recuerdo cuando mi madre me untaba la manteca "colorá" que hacía mi abuela en esos tiernos molletes que cuando terminabas de comerlos no sólo tenías la barriga como un balón de fútbol , sino que además tenía toda la boca completamente blanca de la fina harina que los envolvía mmmmmmm¡qué ricos!
Ya no los hacen como antes, al menos en las ciudades.
Un besito amigo y feliz finde
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