lunes, octubre 12, 2009

EL JILGUERO DE LA BARCA MORENO. JIMENA DE LA FRONTERA


FOTO: JILGUERO COMUN (Carduelis Carduelis). Barca Moreno

NUESTROS JILGUEROS

Entrar en Wikipedia y copiaros todo lo que allí viene escrito del jilguero no seria honesto por mi parte, ya que prácticamente desde que salí por primera vez a nuestras “roaeras” estoy viendo esos pajarillos en libertad y al mismo tiempo , por circunstancias de la vida siempre en mi casa hubo jilgueros en cautividad y por otro lado estuve en contacto con cazadores de renombre como Nicolás el Bandi, Los Orozco, Antonio Durán y mi tio Juan Charra.

Yo solía campear mi jilguero muchas tardes como si de un perro de caza se tratase y aquello era sumamente bonito cuando después de quitarme el “pañete”, cogía mi jaulita con su funda de tela y me iba detrás del llanito para mi jilguerito tomase contacto sonoro y visual con sus congéneres en libertad. Hace unos días me encontré en el Centro Sanitario de Jimena con Gabrielito “el Gorri” que me instó a que escribiese algo relacionado con estas cacerias de jilgueros que se hacían en nuestros “canchos”, porque algunas veces me acompañaba con el “pucherito” de barro donde teníamos la “bola” de liga o liria y el “manojito” de varetas de junco ó de taraje.

El jilguero cuando lleva enjaulado bastante tiempo y colocado en un lugar de mucho paso de personas, como sucedía en mi zapatería, se convierte en un ser dócil y manso que hasta cuando tienes la jaula en tus manos limpiandolo y echándole de comer, suele cantar tranquilamente sin importarle la presencia de los humanos a los que llega a considerar como uno más de su familia.

En este aspecto se que hay muchas personas que no estarán de acuerdo conmigo, porque el privarle a un animalito de estos de su libertad natural ya es un delito. Ahora comparto esa forma de pensar pero cuando yo me crié era impensable que yo meditase sobre esas cosas porque tampoco nos las enseñaban.

En aquellas “roaeras”, por estas fechas, había cientos y cientos de estos jilgueros en bandadas que por lo visto se nutrían en los rastrojos y con las primeras “yerbas” para estar preparados en su largo viaje migratorio. Esto hacía que se les cazase con la liga o con redes y aunque siempre se decía que estaba prohibido, allí nadie se metia con nosotros y la verdad es que a pesar de que se cogían bastante cada vez había más y más.

Las reuniones de cazadores de jilgueros, lúganos, chamarices, camachuelos y verdones eran muy frecuentes en zapaterias, bares y barberias del pueblo ya que los zapateros y barberos eran casi todos aficionados a cazar a estos pajarillos unas veces para encerrarlos y otras para comerlos fritos con ajo y vino sala.

El jilguero en libertad es uno de los pájaros más bonitos que existen ya que tienen una forma de volar espectacular con sus subidas y bajadas. Su madroño rojizo fuerte, la cruz negra , su plumaje marrón con las alas negras- amarillas y su cola también negra con “habas” blancas le imprimen un carácter que le distingue entre los demás pajarillos de su especie. Su peculiar forma de cantar le hace estar considerado como el mejor de los “canores” y los cazadores de hoy en día de tanto buscar la perfección, les ponen cintas y discos que convierten el canto del jilguero salvaje en otra cosa que no es natural, aunque resulte ser mas melodioso y repetitivo.

Desde niño siempre tuve en casa mi jilguerito que cuidaba con esmero y me hacía muy feliz cuando salia con el Gorri y traíamos algunos congéneres que cazábamos en las “pozas” porque además se cogían en los bebederos cuando por las mañanas y las tardes pasaban a beber su ración de agua diaria.

Estas cosas son como “toques pictóricos” que van quedando solamente en el recuerdo de los que vivimos de esa forma con estas costumbres y que poco a poco se están perdiendo, aunque por desgracia tambien cada vez hay menos de estos pajarillos y no es precisamente porque se les cace, sino tal vez porque se fumigue demasiado y además se siembre poco por lo que no tienen donde comer como lo hacían antes en nuestros sembrados durante todo el año.

Todo esto me lo ha recordado mi amigo Gabrielito y sobre todo ese Jilguerito que no para de cantar en el árbol de La Barca y que he podido fotografíar después de esperarlo durante un buen rato escondido entre los pinos.
Un abrazo.

No hay comentarios: