Es una frase que recuerdo de mi niñez, pero que no ha perdido fuerza porque aún hoy se sigue diciendo con la misma frecuencia de antaño, aunque siempre pensé en que no se correspondía con la realidad por algunos motivos que os cuento.
Casi siempre llovía en nuestra Feria de Mayo y nos jodía el invento de pasárnoslo bien paseándonos en el burro por el mercado, viendo aquellas manadas de bestias que desde hacía unos días estaban por nuestros “canchos”, y que ahora estaban los animalitos “chorreando” y los gitanos-tratantes sin vender una “escoba” porque los “camperos” no acudían a comprar lo que necesitaban por no mojarse con el “agüita” de mayo dichosa.
A los turroneros también les fastidiaban el ganarse el pan, porque con aquellas turronerías de tela ó lo carros, lo pasaban francamente de perros y casi seguro que el “agüita de mayo” no les hacia tampoco mucha gracia.
Para que vamos a hablar de los que ponían los “ventorrillos” en el mercado pues como el techo era de “biznagos” aquello se convertía con el “agua de mayo” en un verdadero parral donde se mojaban los veterinarios que hacían las guías y los tratantes que al no vender nada no se tomaban ni un chato de vino.
¿ Que pensarían del “agua de mayo”… aquellas personas que vendian los “Bartolitos y las “Bolaeras”…? Que se ponían “ pipandito” y las tablitas del Bartolito se despintaban y se ponían los pobres “perdiitos”, además de no ganar ni un puñetero real.
También oí alguna que otra vez a la gente del campo diciendo que el “agua de mayo” les había tumbado el trigo y la cosecha se perdía toda enterita…….
Si sigo nombrando cosas, me parece que el inventor del dichoso refrán, sería el único beneficiado con esa agua tan bendita que cae en el mes de mayo. Puede que tuviese una maceta y esa agua le viniese de perla, si no la regaba desde hacía unos pocos de días.
Esta mañana salí a dar un paseo y para colmo me mojé bastante porque siendo ya el mes de mayo pensé que no llovería con fuerza y al no llevar paraguas vine “calaito hasta los huesos”.
Una señora comentó precisamente lo del “refrancito de los coj….” Y lo amplió diciendo que el agua de mayo era muy buena para los tomates y los pimientos, pero que en Estepona había llovido tanto esta mañana que el arroyo se había llevado todas las matas y lo demás que tenían sembrado.
Siempre habrá alguien que pueda decir algo positivo del refrán que hoy nos ocupa y hasta nos puedan convencer de que el “agua de mayo” reconforta el espíritu y nos hace más buenos para con los demás.
De algo anormal habia que escribir hoy y, por eso le ha tocado el turno a este refrancillo que tan bonito es y que les sería muy útil el agua a los huertecillos de hortalizas para el gasto propio.
Un abrazo.
Casi siempre llovía en nuestra Feria de Mayo y nos jodía el invento de pasárnoslo bien paseándonos en el burro por el mercado, viendo aquellas manadas de bestias que desde hacía unos días estaban por nuestros “canchos”, y que ahora estaban los animalitos “chorreando” y los gitanos-tratantes sin vender una “escoba” porque los “camperos” no acudían a comprar lo que necesitaban por no mojarse con el “agüita” de mayo dichosa.
A los turroneros también les fastidiaban el ganarse el pan, porque con aquellas turronerías de tela ó lo carros, lo pasaban francamente de perros y casi seguro que el “agüita de mayo” no les hacia tampoco mucha gracia.
Para que vamos a hablar de los que ponían los “ventorrillos” en el mercado pues como el techo era de “biznagos” aquello se convertía con el “agua de mayo” en un verdadero parral donde se mojaban los veterinarios que hacían las guías y los tratantes que al no vender nada no se tomaban ni un chato de vino.
¿ Que pensarían del “agua de mayo”… aquellas personas que vendian los “Bartolitos y las “Bolaeras”…? Que se ponían “ pipandito” y las tablitas del Bartolito se despintaban y se ponían los pobres “perdiitos”, además de no ganar ni un puñetero real.
También oí alguna que otra vez a la gente del campo diciendo que el “agua de mayo” les había tumbado el trigo y la cosecha se perdía toda enterita…….
Si sigo nombrando cosas, me parece que el inventor del dichoso refrán, sería el único beneficiado con esa agua tan bendita que cae en el mes de mayo. Puede que tuviese una maceta y esa agua le viniese de perla, si no la regaba desde hacía unos pocos de días.
Esta mañana salí a dar un paseo y para colmo me mojé bastante porque siendo ya el mes de mayo pensé que no llovería con fuerza y al no llevar paraguas vine “calaito hasta los huesos”.
Una señora comentó precisamente lo del “refrancito de los coj….” Y lo amplió diciendo que el agua de mayo era muy buena para los tomates y los pimientos, pero que en Estepona había llovido tanto esta mañana que el arroyo se había llevado todas las matas y lo demás que tenían sembrado.
Siempre habrá alguien que pueda decir algo positivo del refrán que hoy nos ocupa y hasta nos puedan convencer de que el “agua de mayo” reconforta el espíritu y nos hace más buenos para con los demás.
De algo anormal habia que escribir hoy y, por eso le ha tocado el turno a este refrancillo que tan bonito es y que les sería muy útil el agua a los huertecillos de hortalizas para el gasto propio.
Un abrazo.
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