EL LIMBO Y EL PURGATORIO
La infancia de los de mi generación, nada tiene que ver con
la forma de vida de los críos de ahora y a veces es necesario que alguien se
dedique a contar cosas y pensamientos
que teníamos hace sesenta y tantos años para que el que lo desee pueda
establecer una comparativa y sacar sus propios razonamientos.
En nuestra infancia no se hablaba de arqueología, de
dinosaurios, del homo sapiens y de esos avances que las nuevas tecnologías ha
aportado a los conocimientos de los orígenes de las especies.
Nosotros…. Jugábamos a los bolindres, a las chichas o lo
cajillones y mientras jugábamos estábamos pendientes de todo cuanto acontecía a nuestro alrededor
y por eso en cuanto pasaba un cura, fraile o monja cerca de nosotros, saliamos
corriendo y al cura le besábamos la mano y a los otros dos le besábamos el
crucifijo grande que ponían en nuestros labios.
Verdaderas asquerosidades porque ni las manos de los curas
estaban limpias ni los crucifijos exentos de gérmenes patógenos transmisores de enfermedades, pero… aquello
se nos inculcaba desde pequeñitos y lo hacíamos
sin pensar en consecuencias para nuestra
salud y si esas personas eran tan superiores como para humillarnos de aquella
manera ante otro ser humano cuya vida y
actos eran para nosotros totalmente desconocidos.
Los de nuestra generación teníamos profunda fé de que existían
“ El Limbo” y “El Purgatorio”.
En cuanto al Limbo, sabíamos que era un lugar especial
establecido por Dios para acoger las almas de esos niños que fallecían antes de
recibir el sacramento del bautismo y la verdad es que cada cual se imaginaba
este mini-cielo a su antojo, pero sabiendo que sin “beberlo ni probarlo” estas
criaturas no tenían derecho a disfrutar del cielo en sentido amplio de la
palabra. Cuando he dicho que cada uno nos imaginábamos el limbo a nuestro
antojo, es porque nunca leí en ninguna parte donde se nos explicase como
realmente era aquello y que disfrute celestial se recibia allí.
Lo que si recuerdo es que cuando algún bebé enfermaba de
pronto con peligro de perder la vida, cualquier persona podía echarle agua por
la cabeza y decir las palabras mágicas de … “ Ego te bautizo in nomine Patri et
Filie et^Espiritu Santi” lo que traducido quería decir que lo bautizábamos en
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y creo que hacia las veces del bautizo oficial y servía de tique de
entrada para El Limbo.
Hoy, mientras paseaba con un amigo, en nuestra charla
matutina surgió sin saber como el tema del “Limbo” y del “purgatorio” y este amigo me comentó que eso ya no existía y
que la iglesia los había quitado de un plumazo. La verdad es que no he leído nada
al respecto pero siempre suelo hacerme algunas preguntas… ¿si lo han quitado a
donde han ido a parar las almas de todas
esas criaturas que teóricamente se suponía que estaban allí….? ¿ dónde van
ahora los que mueren sin haber recibido el sacramento del bautismo? Y es que
con esto de la iglesia siempre termino haciéndome un lío espantoso.
Hablando ahora del Purgatorio, si también ha desaparecido,
como dice mi amigo, no sé donde irán ahora a purgar transitoriamente todos los
que no han sido buenos del todo y tenían
posibilidad de alcanzar algún día el cielo. En fin que hoy mi amigo me ha
metido en un buen lío de pensamiento, del que no sé cómo voy a salir y es que
los temas religiosos suelen ser complicados de entender pero por suerte no creo que a ninguno de los
chavales de ahora les dará por pensar en estos temas ya que ni siquiera habrán oído
hablar del Limbo y del Purgatorio ,pero
a los de mi generación nos queda la duda de que habrá pasado con estos dos
estratos celestiales y como se habrá
hecho el reajuste para que todos tengan un lugar digno a su forma de vida que tuvieron en la tierra.
La verdad es que no tengo la culpa de haber nacido en una
generación en la que se besaba las manos a los sacerdotes y los crucifijos a
los frailes y las monjas y que además medio se nos explicase que había un “
Limbo” y “Un purgatorio” que es lo que ha motivado el que públicamente haga
esta reflexión sin ánimos de ofender a nadie pero sí de esclarecer algo que, como
dije antes, mantiene las dudas a los de una generación a la que se les dio pocas
explicaciones y se le impusieron muchos “imperativos legales”.
Un abrazo de Currini
EL PAPA BENEDICTO XVI ( EFE)
- Considera que el purgatorio no es un lugar del espacio, sino "un fuego interior, que purifca el alma del pecado".
- Estas polémicas declaraciones las realizó durante la catequesis dedicada a santa Catalina de Génova, conocida por su idea del purgatorio.
- El infierno, el limbo y el purgatorio siempre están a debate por fieles y papas.
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