miércoles, febrero 01, 2012

EL DESEMPLEO JUVENIL MARCA EN ANDALUCÍA EL PEOR DATO DESDE 1994


El 55% de los menores de 25 años no tienen trabajo, casi siete puntos más que la media nacional · Uno de cada cuatro jóvenes parados es andaluz · España absorbe casi el 27% del paro juvenil de la Eurozona

FEDE DURÁN / SEVILLA | ACTUALIZADO 01.02.2012 - 07:28
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La generación perdida que Andalucía amasa EPA a EPA y trimestre a trimestre nada tiene que ver con aquella de los Hemingway, Faulkner, Dos Passos o Steinbeck que se bebía París allá por las entreguerras. La generación perdida andaluza no rellena novelas sino portadas en la prensa: 210.400 menores de 25 años desempleados en la comunidad y una tasa de paro del 55,09%, según la Encuesta de Población Activa del último trimestre de 2011. Contextualizadas, las cifras suenan aún peor: uno de cada cuatro jóvenes parados españoles es andaluz (hay 884.100 en todo el país). Para encontrar una tasa aún más deprimente, hay que viajar en la máquina del tiempo hasta el tardofelipismo, 1994, cuando la región se movía en un 55,62% (303.700 jóvenes). En términos absolutos, el año más negro fue 1987, con 316.800 parados. 

Lo de la lost generation no es sólo un recurso estilístico. Es una frase utilizada por la OIT en su más reciente informe de perspectivas laborales. Y no se refiere a Andalucía, ni siquiera a España, sino al planeta entero. La tasa juvenil de paro se situaba en 2011 en el 12,7% a escala mundial. En 2007 estaba en el 11,7%. Ese punto extra supone cuatro millones más de parados. Cuatro millones para un total de 74,8. "Los jóvenes -describe la OIT- tienen casi tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos. Además, se estima que 6,4 millones de ellos han perdido las esperanzas de encontrar trabajo y se han apartado del mercado laboral por completo". Ese "por completo" tampoco es gratuito. Ha obligado a la Comisión Europea a marcar el problema con el rojo de los asuntos prioritarios. Las reformas laborales no han sido hasta ahora demasiado salvadoras. José Luis Rodríguez Zapatero intentó frenar la hemorragia en enero de 2011 aumentando las bonificaciones por la contratación indefinida de trabajadores de entre 16 a 30 años; fomentando la conversión de contratos de formación y en prácticas en indefinidos; y ampliado de 21 a 24 años la edad en la que se les puede fichar con un contrato de formación. Doce meses después, el país sumaba 43.500 jóvenes más en paro. 

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