martes, julio 24, 2012

EL MADRUGÓN DEL PELLEJERO........




Hoy nos hemos levantado en casa mucho más temprano que de costumbre y es que cuando se convive con una persona de 90 años el sueño pasa a ocupar un segundo o tercer plano en su vida ya que pierden la noción del tiempo  y te hacen montar en el mismo carro de su existencia descontrolada por pura necesidad, al tener la obligación de atenderles como es debido y corresponde.

Nada tenía hoy que ofrecer para mi comentario ó reflexión  diario en el blog y mira por donde  mi suegra me ha nombrado ( os lo aclararé al final) a “los pellejeros”……

Cuando yo era un chaval veía como llegaban al pueblo los carboneros y trabajadores del monte que solían traer  “gatos montunos”, “jinetas”, meloncillos”, “comadrejas”,” zorros”, no penséis que venían vivos, sino que eran las pieles secas y cosidas rellenas de paja  cuyas puntas secas salían por la boca y el ano de  las pieles.

Estos trabajadores solían poner sus cepos  para coger conejos pero eran muchas las veces que aparecían atrapados estos animales que tanto abundaban en nuestros montes y como se sabia de la existencia del pellejero pues se despellejaban, se secaban sus pieles y cuando venían para algo al pueblo las portaban y se las vendían a muy buen precio a a Pedro El Pellejero o a  Juan Peláez que eran los pellejeros más destacados en  Jimena.

Pedro El Pellejero era poseedor de una gran moto “Zangla” con la que recorría  nuestras calles visitando tiendas de todo tipo donde a veces habían de pieles que la gente del campo cambiaba por otros productos. También Pedro  compraba - vendia chacinas y otros artículos  de lo que vivía él y su familia en la estación de Jimena.

Las casas de los pellejeros apestaban a “rayos encendíos” pues yo que visitaba todos los días la de Juan Peláez y me pasó lo que a ellos que me acostumbré a aquel “pestufo” de naftalina y me encantaba estar con ellos disfrutando de las caracoladas y los guisos de carne que con tanto amor se hacían frecuentemente en aquella casa que era como la mía propia.

 En el cuarto de abajo, junto al brocal del pozo se amontonaban las pieles naftalinizadas de cabras, ovejas, chivos, conejos y todas las de “garduños” secas con cañas en las aperturas de las patas y manos ó rellenas de pajas para su mantenimiento. De cuando en cuando aparecían unas camionetillas que se las llevaban a otros puntos de ventas y fábricas peleteras de Ubrique ó Campillos.

Había otra clase  de “pellejeros”  como era el caso de mi padre que montó una tenería en la calle Quirós y comprábamos las pieles de burros, caballos, mulos, vacunos, venados y hasta de jabalíes que preparábamos y curtíamos de distintas formas para  utilizar en las zapaterías en la fabricación de calzado  y otros complementos. Ronda, Ubrique y Algeciras tenían tenerías  donde se compraban pieles y  contribuían a que este comercio fuese floreciente  de una forma artesanal.

Siempre que en casa se mataban conejos caseros o los compraba mi padre traidos del monte por los furtivos, yo cogía los pellejos y se los vendia a Peláez  con lo que me conseguía unas pesetillas que me venían de perla  para comprarme caramelos y otras chucherías .

La razón por la que hoy me he acordado de estos “pellejeros” es porque  se me ocurrió decirle a mi suegra esta mañana…: --   Que madrugón nos ha dado Vd. hoy.. y… ¿sabeis que me contestó…?  ---                                       “” EL MADRUGÓN DEL PELLEJERO

                                            QUE CUANDO LE DABA EL SOL EN EL CULO

                                             SE CREÍA QUE ERA UN LUCERO”””

Ese dicho no lo había oido  nunca  y me ha hecho tanta gracia  que me inspiró el recuerdo a los desaparecidos pellejeros……
Currini

No hay comentarios: