A las ocho de la mañana ya estaba yo sentado delante de mi ordenador poniendo la foto del día, después he desayudado, me he marchado a darme una vuelta por Torreguadiaro, he comprado el periódico, he charlado con Rafael y he acariciado a Chico y a Lola que parece que tengan la primavera dentro de ellos mismos por la inquietud y alegría que presentan.
Me siento de nuevo en el ordenador y al comprobar el correo, me doy cuenta que me sale el aviso de que no encuentran a ese servidor nuestro que con mucha frecuencia se ausenta de nuestras casas y no hay manera de localizarlo por ninguna parte.
Como tengo la “mosca tras las orejas”, le doy el gatillazo al Internet Explore para efectivamente comprobar que no tenía línea de ADSL. Los pocos conocimientos básicos de que dispongo se me agolpan en las “sienes” y no “atino” a casi nada, así que me pongo “dale que te pego” a apagar y encender el “rute” una y otra vez y eso no sirve absolutamente para nada cuando en realidad la línea no llega bien a tu casa, porque se ha distraido con cualquiera en el camino.
Respiro profundo, me arrasco la oreja derecha, pincho en “ Inicio” ( este chaval que es muy competente), vuelvo a pinchar en “apagar”( este es primo de Inicio), vuelvo a pinchar en “apagar”, me agacho debajo de la mesa, se me caen las gafas, me doy un coscorrón con la mesa, veo mal, todo torcido y cuando encuentro el botoncito del Rute lo desconecto.
Ahora estoy como hace cincuenta años atrás, sin Internet, sin correo, pero con la preocupación de que el invento tiene que volver a mi casa como sea, por lo que me decido a retirar el sofá, la mesita del teléfono, se caen los altavoces de la minicadena, me doy con el flexo en la cabeza y por fin aparecen las conexiones del teléfono donde “toqueteo” los “microfiltros”, comprobando que las uniones y conexiones están perfectamente bien como para desempeñar su trabajo de llevarme la línea sin problemas.
Vuelvo a encender el ordenador, lo vuelvo a apagar, enciendo el rute, lo apago otra vez y así hasta que empieza a dolerme la cabeza con más fuerza que nunca.
Cojo el periódico, empiezo a leer chorradas porque yo no estaba en el periódico sino en el puñetero ordenador que sin el ADSL no me sirve nada más que para mirar la pantalla constantemente sin saber para que lo hago. Apoyo los tacones de los zapatos en el suelo y me giro con el sillón con la intención de terminar de una vez con el problema que me machaca la cabeza.
De un “taconazo” retiro el sillón giratorio y me tiendo en el suelo, descuelgo el rute del lateral de la mesa y allí tendido compruebo las lucecitas verdes que se encienden, las que siguen apagadas, anoto los letreritos y pongo el nombre de la ventanita que ahora aparece en color rojo y que creo que es la que está dando la “pejiguera”.
Enciendo y apago catorce o quince veces todo lo que se puede apagar y encender sin resultados positivos algunos y a pesar de que estamos en crisis y no quiero utilizar mucho el teléfono, por fin me decido a buscar una factura de ORANGE y llamar por teléfono al servicio técnico de mi servidor, operador o como quiera llamarse.
Después de marcar el 902……..te saluda una máquina que te dice que marques un número según si eres cliente o primo del cliente, después hay que marcar el número de teléfono desde donde haces la consulta, otro numerito para saber lo que pides que te solucionen en general, hasta que por fin aparece un señor de carne y hueso que te saluda muy amablemente, que te vuelve a pedir el número del teléfono, el número del D.N.I. y cuando te deja de hablar intentas explicarle lo que te pasa y el señor habla que te habla y al rato comprendes que por la zona del Campo de Gibraltar hay problemas con una línea y es la que a mi me está afectando. En definitiva es un problema de ellos y yo seré el que pague esta kilométrica llamada de teléfono con ellos, porque estoy esperando embelesado en la musiquilla a que me den un número de incidencia por si no se soluciona esta tarde que vuelva a llamar y así ellos saben mas o menos por donde van los tiros y yo gasto más dinero en teléfono.
Todo este rollo os lo estoy contando en el escritorio del WORD, que por suerte no precisa de la dichosa línea de ADSL, pero que si queréis leerlo si que dependemos de Internet porque si no “ Nanay de las coles”.
Si se soluciona esta tarde cuando yo regrese de La Barca Moreno, puede que os pueda trasladar toda mi experiencia con este corte de línea, que por cierto no me han dicho porqué ha sido, ni me han dado ningún tipo de disculpas ni nada, puede que ahora con estos inventos sea así todo y los antiguos no lo sepamos.
He regresado de La Barca Moreno y del “Arroyo Las Gallinas” donde he fotografiado un gran espárrago que por cierto me ha dado lástima de cogerlo y lo he dejado allí por si va otro con su cámara y quiere hacerme la competecencia.
Sólo deciros que después de tanto cable por el suelo y el rute que no se donde lo voy a colocar ahora, resulta que lo del ordenador era un corte de línea y ya funciona perfectamente, así que voy a intentar colgar este rollo que sin querer me he montado yo solito.
Un abrazo.
2 comentarios:
Pues la próxima vez me llamas y te ahorras el mal rato ;-). Te podría decir hasta el minuto en el que se cortó el ADSL y volvió, ya que me pilló trabajando en un equipo para el que, por suerte, no necesitaba internet.
Saludos,
Juan Antonio
Gracias Juan Antonio, la verdad es que no habia caido en eso de llamarte, pero ya lo sé para otra vez, además sabes que cuando tengo problemas serios te llamo.
Gracias otra vez y un abrazo
Currini
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