Aunque ahora se hayan celebrado los 25 años del Carnaval Jimenato, con bastante cariño, quiero decir que en Jimena siempre existió una gran atracción al arte carnavalero y ya expliqué una vez por ahí… que a punto estuve de no haber nacido por causa del carnaval de nuestro pueblo.
A mi padre en su juventud le gustaba cantar y estar metido en todos los fregaos de fiestas y bailes y un año salió vestido en una comparsa creo que de gato y cantando aquello de somos… la comparsa de los morrongos. A mi madre Frasquita estiraza, se le metió en la cabeza de que su novio Sebastián Orellana no debía de salir porque a élla no le gustaba que saliese por la calle cantando y como es lógico se disgustaron y estuvieron a punto de no reconciliarse y por eso digo lo de mi problema existencial con el carnaval .
En la posguerra no se permitia el carnaval, pero es un orgullo decir que en Jimena salian todos los años muchas máscaras que eran personas disfrazadas de lo que podían.
Yo que heredé ese espiritu un tanto “Orellanesco” ya de niño salí disfrazado en carnaval de novia y tuve serios problemas con los Saavedras y los Ciruelas que estaban dándole que te pego al vino Sala en el Bar de Bartolo.
Estoy haciendo un seguimiento a través de Tiojimeno de todo lo que hasta ahora va saliendo del “carnaval Jimenato” y la verdad es que felicito a todos esos jóvenes y no menos jóvenes que con un par de “pelotas” y mucho arte se han preparado sus canciones y sus tipos para divertir a la concurrencia en el pueblo y sus alrededores.
Me ha impactado una barbaridad la chirigota … “ Nos Vemos en el Tajo”, quizás por lo bien conseguido del tipo y por la ocurrencia de elegir un tema que siempre ha estado ahí delante de nuestros ojos y estos chirigoteros ya curtidos han sabido sacarlo a la luz y ponerlo delante de los ojos del pueblo, aunque para los de fuera tengamos que hacer de intérpretes y explicarles que es eso del…Tajo……
Fijaros si nuestro Castillo es antiguo, pues sin lugar a dudas el “Tajo de los Pajarracos” lo es mucho más y cuando aquellos fenicios en medio del “montarrá” pusieron las primeras piedras de la ciudad, después los romanos y detrás los árabes ya estaba allí el “Tajo de los Pajarracos”, “minaito” de estos pajarracos que con curiosidad miraban a estos seres extraños que de vez en cuando se les morían una vaca o un cochino de los que ellos con gran interés daban cuenta rápidamente.
Cuando en Jimena no existía el Castillo, era este tajo con sus pajarracos el símbolo de la montaña y donde probablemente todas las miradas convergían hasta que llegaron los árabes que construyeron el castillo y desde entonces nuestras miradan se centran en los torreones pero también se deslizan y vemos esos tajos con sus pajarracos, que como todas las cosas han sufrido sus épocas de crisis pero que siguen estando ahí entre nosotros.
Este año los pajarracos han bajado de su Tajo con más arte que nunca y están en el pueblo para hacer las delicias de todos los que con cariño quieran comprenderles y compartir sus ocurrencias carnavaleras.
Siendo yo un niño recuerdo que presencié una conversación de estos pajarracos en el Tajo…de la siguiente forma:
Una de las pajarracas, le dice a su congénere macho…..!Estoy harta de comer chinos del rio, dáte una vuelta y mira si hay alguna oveja, vaca, perro, cochino o aunque sea una gallina muerta!. El Pajarraco remontó el vuelo y comenzó a dar vueltas y vueltas hasta que regresó y le dice…. ¡ Pajarraquita mía, solo he visto muchos cagajones! Pero….también veo como van hacia el Puente Hierro… Maria La Bomba, Barruntito el Chico, Ana la Serrana… seguro que allí debe de haber algo bueno y remontaron el vuelo con toda la corte de pajarracos y cuando llegaron los nuestros solo habían dejado los huesos.
Esa conversación debieron de escucharla más gente y por eso lo reflejaron en esa canción tan famosa de “La Vaca del Puente Hierro”.
Me reitero en mis felicitaciones al Carnaval Jimenato y muy especialmente a esos amigos pajarracos que se ven en el Tajo… en el Tajo de los Pajarracos.
Un abrazo.
A mi padre en su juventud le gustaba cantar y estar metido en todos los fregaos de fiestas y bailes y un año salió vestido en una comparsa creo que de gato y cantando aquello de somos… la comparsa de los morrongos. A mi madre Frasquita estiraza, se le metió en la cabeza de que su novio Sebastián Orellana no debía de salir porque a élla no le gustaba que saliese por la calle cantando y como es lógico se disgustaron y estuvieron a punto de no reconciliarse y por eso digo lo de mi problema existencial con el carnaval .
En la posguerra no se permitia el carnaval, pero es un orgullo decir que en Jimena salian todos los años muchas máscaras que eran personas disfrazadas de lo que podían.
Yo que heredé ese espiritu un tanto “Orellanesco” ya de niño salí disfrazado en carnaval de novia y tuve serios problemas con los Saavedras y los Ciruelas que estaban dándole que te pego al vino Sala en el Bar de Bartolo.
Estoy haciendo un seguimiento a través de Tiojimeno de todo lo que hasta ahora va saliendo del “carnaval Jimenato” y la verdad es que felicito a todos esos jóvenes y no menos jóvenes que con un par de “pelotas” y mucho arte se han preparado sus canciones y sus tipos para divertir a la concurrencia en el pueblo y sus alrededores.
Me ha impactado una barbaridad la chirigota … “ Nos Vemos en el Tajo”, quizás por lo bien conseguido del tipo y por la ocurrencia de elegir un tema que siempre ha estado ahí delante de nuestros ojos y estos chirigoteros ya curtidos han sabido sacarlo a la luz y ponerlo delante de los ojos del pueblo, aunque para los de fuera tengamos que hacer de intérpretes y explicarles que es eso del…Tajo……
Fijaros si nuestro Castillo es antiguo, pues sin lugar a dudas el “Tajo de los Pajarracos” lo es mucho más y cuando aquellos fenicios en medio del “montarrá” pusieron las primeras piedras de la ciudad, después los romanos y detrás los árabes ya estaba allí el “Tajo de los Pajarracos”, “minaito” de estos pajarracos que con curiosidad miraban a estos seres extraños que de vez en cuando se les morían una vaca o un cochino de los que ellos con gran interés daban cuenta rápidamente.
Cuando en Jimena no existía el Castillo, era este tajo con sus pajarracos el símbolo de la montaña y donde probablemente todas las miradas convergían hasta que llegaron los árabes que construyeron el castillo y desde entonces nuestras miradan se centran en los torreones pero también se deslizan y vemos esos tajos con sus pajarracos, que como todas las cosas han sufrido sus épocas de crisis pero que siguen estando ahí entre nosotros.
Este año los pajarracos han bajado de su Tajo con más arte que nunca y están en el pueblo para hacer las delicias de todos los que con cariño quieran comprenderles y compartir sus ocurrencias carnavaleras.
Siendo yo un niño recuerdo que presencié una conversación de estos pajarracos en el Tajo…de la siguiente forma:
Una de las pajarracas, le dice a su congénere macho…..!Estoy harta de comer chinos del rio, dáte una vuelta y mira si hay alguna oveja, vaca, perro, cochino o aunque sea una gallina muerta!. El Pajarraco remontó el vuelo y comenzó a dar vueltas y vueltas hasta que regresó y le dice…. ¡ Pajarraquita mía, solo he visto muchos cagajones! Pero….también veo como van hacia el Puente Hierro… Maria La Bomba, Barruntito el Chico, Ana la Serrana… seguro que allí debe de haber algo bueno y remontaron el vuelo con toda la corte de pajarracos y cuando llegaron los nuestros solo habían dejado los huesos.
Esa conversación debieron de escucharla más gente y por eso lo reflejaron en esa canción tan famosa de “La Vaca del Puente Hierro”.
Me reitero en mis felicitaciones al Carnaval Jimenato y muy especialmente a esos amigos pajarracos que se ven en el Tajo… en el Tajo de los Pajarracos.
Un abrazo.
1 comentario:
Es precioso ver como te gustan los carnavales y disfrutas con ellos.
Me ha encantdo la historia que nos has contado de el "Tajo de los Pajarracos", yo no tenía ni idea de ella... ahora ya la sé gracias a ti.
Un besito y feliz semana
Publicar un comentario