Por mucho que he preguntado y requetepreguntado a familiares y amigos sobre aquellas vasijas de cristal que había en casi todas nuestras casas para coger moscas, nadie me dice que tienen uno guardado en su casa como herencia de sus padres ó abuelos.
La verdad es que aquellos mosqueros eran muy artísticos, sus “patitas” hacían que quedase un hueco donde se colocaba el azúcar a la que acudían las moscas a “manojitos” y al arrancar el vuelo se metían sin poder evitarlo por el agujero inferior del cristal hasta caer en el agua jabonosa, donde permanecían todo el dia nadando.
Estoy seguro que antes os he hablado de estos artilugios para cazar moscas en nuestro pueblo, pero es que hoy voy a subiros unas imágenes de estos mosqueros, que he conseguido en un museo de la Granja de Valdemosa en Mallorca y veréis como se os refresca la memoria a casi todos los que tienen mi edad más o menos.
Las moscas eran una verdadera pesadilla en verano en nuestro pueblo y aquel que me diga que nunca tuvo que quitar una mosca del plato de sopa o de la taza de café, casi seguro que miente.
En aquellas latas de atún de las tiendas con la cuchara de madera dentro, en el “pocito” de aceite que había en el centro, siempre habia unas dos o tres de nuestras queridas moscas nadando en el preciado líquido.
Cuando yo iba por la media “limeta” a casa de Jacinta, siempre aparecían en el vino una o dos moscas y Pepín me decía: - ¡ No se lo digas a tu padre! Y me convertía en cómplice para que mi padre se pudiese beber el vino sin escrúpulo alguno.
En nuestras tiendas se vendían unas tiras pegajosas que se colgaban del techo, donde se posaban las moscas y se quedaban pegadas por las alas y moviendo sus patitas. También vendían un azúcar rojo que se ponía en un plato y al rato estaba “negrito” de moscas muertas y las que salían volando caían seguro en el café, en la sopa, en el agua, en el vino o en cualquier sitio.
Estos mosqueros era lo mas elegante que teníamos en el pueblo y es una verdadera pena que no se conserven ninguno de ellos porque a mi me encantaría tener uno, aunque sólo fuese como recuerdo de aquellos días en que yo espantaba las moscas para que entrasen dentro del recipiente jabonoso y me quedaba “embobao” viendo aquellos animalitos nadar.
Como veis ni en Mallorca he dejado de recordar las cosas de antaño en mi pueblo y por eso quiero que veáis las fotos de nuestros mosqueros de entonces.
Un abrazo.
La verdad es que aquellos mosqueros eran muy artísticos, sus “patitas” hacían que quedase un hueco donde se colocaba el azúcar a la que acudían las moscas a “manojitos” y al arrancar el vuelo se metían sin poder evitarlo por el agujero inferior del cristal hasta caer en el agua jabonosa, donde permanecían todo el dia nadando.
Estoy seguro que antes os he hablado de estos artilugios para cazar moscas en nuestro pueblo, pero es que hoy voy a subiros unas imágenes de estos mosqueros, que he conseguido en un museo de la Granja de Valdemosa en Mallorca y veréis como se os refresca la memoria a casi todos los que tienen mi edad más o menos.
Las moscas eran una verdadera pesadilla en verano en nuestro pueblo y aquel que me diga que nunca tuvo que quitar una mosca del plato de sopa o de la taza de café, casi seguro que miente.
En aquellas latas de atún de las tiendas con la cuchara de madera dentro, en el “pocito” de aceite que había en el centro, siempre habia unas dos o tres de nuestras queridas moscas nadando en el preciado líquido.
Cuando yo iba por la media “limeta” a casa de Jacinta, siempre aparecían en el vino una o dos moscas y Pepín me decía: - ¡ No se lo digas a tu padre! Y me convertía en cómplice para que mi padre se pudiese beber el vino sin escrúpulo alguno.
En nuestras tiendas se vendían unas tiras pegajosas que se colgaban del techo, donde se posaban las moscas y se quedaban pegadas por las alas y moviendo sus patitas. También vendían un azúcar rojo que se ponía en un plato y al rato estaba “negrito” de moscas muertas y las que salían volando caían seguro en el café, en la sopa, en el agua, en el vino o en cualquier sitio.
Estos mosqueros era lo mas elegante que teníamos en el pueblo y es una verdadera pena que no se conserven ninguno de ellos porque a mi me encantaría tener uno, aunque sólo fuese como recuerdo de aquellos días en que yo espantaba las moscas para que entrasen dentro del recipiente jabonoso y me quedaba “embobao” viendo aquellos animalitos nadar.
Como veis ni en Mallorca he dejado de recordar las cosas de antaño en mi pueblo y por eso quiero que veáis las fotos de nuestros mosqueros de entonces.
Un abrazo.
4 comentarios:
Currini si te soy sincera nunca he visto una vasija para cazar moscas como la que nos enseñas, pero tengo que confesarte que me ha parecido algo digno de divulgar.
Me encantan conocer y saber cosas de nuestros abuelos.
Preciosa entrada amigo.
Un besito
Carmen: Gracias por tu visita.
Resulta curioso el que en un museo de una granja agrícola en Mallorca haya visto lo que hace mucho tiempo andaba buscando y es que por desgracia parece ser que en Jimena se ha perdido todos los que habiá en casi todas las casas y aunque la gente de mi edad lo recuerdan no saben donde se han metido pues ni siquiera uno existe.
Son cosas curiosas que no deben perderse y mira como los mallorquines los tienen en sus museos.
Un abrazo.
Currini
Hola, Currini, yo he comprado en todocoleccion algun mosquero de ese tipo pero mas pequeño, quizás ahi con paciencia encuentres alguno en algún momento, un saludo. antonio.
Hola Antonio: No hace mucho Juan Manuel me envió una foto de uno que posee en su casa de sus abuelos y por fin al menos uno si que que queda en el pueblo.
Gracias Antonio por tu entrada y si lees ésto, dime quien eres pues por Antonio sólo no te localizo
Un abrazo
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