TAMPOCO ESTE AÑO ME HA TOCADO LA LOTERÍA…..Eso llevo diciendo desde que tengo uso de razón …. todos los años cuando el 22 de Diciembre terminan los niños de San Ildefonso de cantar todas las tablas de números que les ponen por delante y la verdad es que antes me gustaba mucho más “el soniquete” con la palabra “peseta” que con la de “euro”. Yo diria que la época de la “peseta” es como algo más nuestro, más entrañable, como si aquello formase parte de un libro en el que sólo están nuestros padres, nuestros abuelos y los amigos de “entonces”. En esa época el olor a “borrachones”, “mantecados”, polvorones y a la botella de anís o el ponche “Caballero” tenía su valor en pesetas…. Ese valor que sólo queda en nuestras mentes y en nuestros corazones.
Hace unos días, cuando he dicho las palabras tradicionales….” Tampoco este año me ha “tocao” la loteria”…., me ha dado por pensar un poco y creo que algunos años, si que nos ha tocado la loteria sin darnos cuenta.
Cuando llegue ese 22 de diciembre…, mira a tu alrededor, observa la vida que han podido llevar tu mujer, tus padres( si los hay), tus hijos y esos amigos de verdad ( muy poquitos pero existen) y por último mírate dentro de ti mismo y es la hora de echar cuentas de si en realidad te ha tocado “el gordo” o lo que tienes es una simple “pedrea” que ni siquiera te permite ser feliz porque el sufrimiento embriaga tus “entrañas”.
Si de verdad estamos en casa, con la “olla” medio llena y te das cuenta como rien tu mujer, tus hijos, tus nietos y como los amigos preparan su Navidad felizmente… entonces…. entonces… es que nos ha tocado el gordo y en pesetas( con las pesetas vivieron nuestros abuelos y nuestros padres y tan bien a veces les tocaba el gordo como a nosotros).
Estoy oyendo en la radio los villancicos de siempre y al igual que con los niños de San Ildefonso, esos peces que beben y beben y no dejan de beber me acercan mucho más a ese número de la loteria que casi todos los años me viene dando “el gordo” sin que yo me hubiese dado cuenta de que era millonario… si millonario en ganas de vivir y de compartir con los mios la ilusión de unos días, que sin saber muy bien el porque, son el índice de un libro que jamás se termina de escribir y al que podemos llamar “ La Vida”.
Recojo mis partituras, mis poesias, mis recuerdos y en mi andar cotidiano he de pregonar que mientras oigamos felices todos los años a esos niños de San Ildefonso es que seguro que somos portadores del “gordo” aunque no nos hayamos dado cuenta de éllo.
¡FELIZ NAVIDAD DE UN BLOGUERO!
Un abrazo. Currini.
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