Como diría mi abuela esto es la “repámpana” porque cuando después de una vida trabajando, criando a los hijos y sujeto a privaciones constantes y por fin te llega la jubilación, resulta que aparecen esos seres tan extraordinarios llamados nietos y a los que queremos tanto que no nos permiten descansar a placer como a veces nos apetece.
Por suerte yo soy uno de los que no le afecta mucho el tema porque tanto mi hija como mi yerno son un tanto “posesivos” y acaparan al chiquillo todo el tiempo que pueden y la verdad es que estoy conforme con esa forma de ser porque yo crié a los mios de la misma manera sin necesitar mucha ayuda de “terceros”.
Pero la verdad es que me encuentro un poco solo a la hora de realizar viajes con mis amigos de siempre porque no se como se las apañan que siempre han de estar a cargo de los nietos y por mucho que se quejan, la vida continua igual para ellos y nunca están disponibles para realizar esas escapadas que de vez en cuando nos haciamos de cuatro o cinco dias.
Resulta que cuando en realidad hay que dedicarse un poco a la contemplación de la vida y todo el tiempo libre de que disponemos dedicarlo a lo que realmente nos apetece y que cuando trabajabamos no podiamos realizar, pues ahora resulta que la vida nos tiene preparado un epílogo laboral acompañado de un calendario que hay que cumplir a “rajatabla”.
Es verdad que un buen número de abuelos están conformes con estas tareas que los “cariñosos” hijos les han encomendado y las realizan con bastante agrado, pero tan bien es cierto que hay un buen número de ellos que siempre están protestando de ese trabajo que como “canguros” se les ha “encasquetado” sin beberlo ni probarlo.
Hay que considerar que la capacidad de una persona mayor no es la adecuada para estar prácticamente todo el dia pendiente de uno o dos niños, llevarlos al colegio, traerlos, darles de comer y estar pendientes de que no les ocurra nada malo porque a esas edades de la jubilación la espaldas estan hechas polvo, las cervicales suelen ser “acordeones” y los “engranes” totalmente desgastados por el paso de los años.
No entro a valorar aquí circunstancias especiales en las que los abuelos son la piedra de salvación de una familia como cuando un matrimonio se ha deshecho y los padres carecen de capacidad para la crianza y el amor de los abuelos les hace estar al frente y sacar a estas criaturas hacia delante, ó cuando por cualquier desgracia los nietos quedan huérfanos y se covierten los abuelos en verdaderos padres, aunque hasta en estas circunstancias no sabemos evaluar si realmente se está procediendo de forma correcta.
Si echamos mano de las estadísticas, resulta que tres de cada cuatro matrimonios con hijos de entre 6 y 14 años piden ayuda a los abuelos para cuidar de los niños y a veces estos abuelos están en situaciones bastante difíciles por el cansancio, enfermedades y problemas generacionales, aunque como abuelos que son hagan lo imposible para estar junto a los nietos y sus hijos.
En mi pueblo hay una forma de expresión muy peculiar……..” Cada palo que aguante su vela” aunque indiscutiblemente a veces hay que poner una mano para que el “palo” continue derecho, pero no quiere decir eso que aguantemos el palo con las dos manos solito, mientras los verdaderos responsables se dedican a hacer mas confortable su vida, sin pensar en el cansancio y a veces las desganas de los mayores.
Como es lógico esto es una reflexión que tiene muchos puntos de vista y cada uno pensará a su manera lo que está bien y lo que no lo está…… de todas formas los nietos son unos seres extraordinarios por lo s que los abuelos se parten el alma si es preciso y por sentir a los hijos cerca, todavía mucho más…,. Pero me pregunto yo… ¿ siempre hay algo recíproco y de reconocimiento por la otra parte….? Porque no creo que esos abuelos canguros terminen abandonados en la “cuneta del olvido” cuando ya no son necesarios.
Un abrazo.
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