miércoles, septiembre 08, 2010

BICICLETAS Y BICICLETEROS. JIMENA DE LA FRONTERA





Nunca pude tener de pequeñito aquel triciclo de hierro pintado con su sillín de madera y pedales sobre la rueda delantera, que en Jimena de poco nos servía, pero que su posesión denotaba, sin lugar a dudas, a la clase social que pertenecías.
Otro tanto les sucedería a las niñas de mi clase que soñarían con lujosos muñecos y cocinitas sofisticadas y tuvieron que conformarse con la muñeca clásica de cartón ó el pequeño “anafrito” que el latero fabricaba por “dos perras gordas”.

Siguiendo con el tema de las bicicletas diré que en nuestro pueblo las había para el placer de los niños pudientes y el soñar de los que no podían tenerlas, aunque todos sabemos que nuestras calles de entonces no permitian mucho “bicicleteo” por la incomodidad de su utilización.
Como ya contara en otra ocasión, la primera bicicleta que entró en mi casa fue una “BH” que mi padre compró por 300 pesetas a Miguel El Florido ( Turronero que se ponía en la puerta de Correo) para mi hermano “Triani” pero que aprendimos a menejar sin problemas nosotros y algunos de nuestros amigos, hasta que se partió en dos trozos y hubo que tirarla tras algunos intentos de soldarla.
Bicicleta tenía José El Chirdi porque vivía en la Estación de Jimena y trabajaba de aprendiz en la zapateria de mi padre pero creo que aquello era un “martirio chino” impuesto por la imaginación popular de que se precisaba este medio de transporte para ir y venir a la Estación de Jimena, pero la bicicleta se llevaba más tiempo cogida de “las orejas” que pedaleando sobre élla y cuando llovía ó hacía mucho calor se convertía en un suplicio continuado.

Salvador Andrades fue un tío que le sacó bastante partido a su bicicleta porque era aprendiz de carpintero con su primo Sarrias en El Michigán y sus condiciones físicas le permitian subir con “ el trasto” hasta la Cuesta de Don Juan Marina. Yo le observaba y pensaba que sus piernas eran de acero para mantener día a día esa continuidad de pataleo.
Al Hablar de bicicletas, no podemos olvidarnos de “ Juan El Chillón” que venía casi todos los días desde Manilva con varias cajas de pescado sobre el “sillín trasero” y para colmo se adentraba en Marchenilla y a veces hasta Sambana. Esa Odisea creo que no la repetirá nadie y al pobre no le dieron nunca la medalla del mérito al trabajo pero si hay Cielo seguro que se la han entregado ya.
Otro bicicletero importante y que competía con Salvador Andrades fuen “ Andrecín el Cantarero”. Yo diría que Andrecín es el verdadero representante del ciclismo en Jimena porque se compró una buena bicleta de carrera que él mismo iba mejorando poco apoco. Andrecín fue el impulsor de los primeros campeonatos de bicicletas organizados en Jimena y por eso, a mi corto entender, se le debe considerar inscrito en los anales de este deporte como el primero de nuestro pueblo.
Mi cuñado Antonio Sánchez fue otro de los bicicleteros importantes ya que su abuela le regaló una bicicleta para que viniese a ver a mi hermana y lo hacía desde Marchenilla varias veces en semana. Después estuvo yendo y viniendo a Guadiaro durante algún tiempo con la bicicleta Orbea que le regalase su abuela.
Tampoco puedo dejar de repetir la anécdota de cuando José Maria Collado venía con los frenos partidos por la cuesta abajo de Don Juan Marina y Rondón el municipal insistía en la esquina de Carrillo que le dijese para donde le daba paso y el pobre aterrizó, casi se mata por no atropellar al agente de la autoridad local.

Las bicicletas de ahora no tienen nada que ver con aquellas de las que yo estoy hablando que contaban con un “piñón fijo” y para colmo la luz la generaba una “dinamo” pegada a la rueda delantera y cuyo rozamiento había que vencer con la pujanza de las piernas.

Había muchos artilugios alrededor de las bicicletas como eran aquellos flejes que se ponían en los pantalones para que no se manchasen los bajos de grasa, los infladores apoyados sobre el cuadro, los desmontadores, los timbres, los faros y lo más importante que era la “cajita de parches Chami” para arreglar los pinchazos.

La bicicleta ha superado su época de comienzos y hoy en día es uno de los deportes mas considerados del mundo y cada día adquiere más importancia como instrumento que ayuda al mantenimiento físico personal. En las zonas interurbanas se han habilitado carriles especiales que les dan una preferencia muy especial y esmerada a los ciclistas y hasta el Código de Circulación y normas de tráfico se han adecuado a las exigencias necesarias de los demandantes.
La bicicleta se ha colado de lleno en el capitúlo del turismo y ya existen rutas ciclistas en los parques naturales y montes de nuestra geografia española por lo que no resulta extraño encontrarnos ciclistas en medio de los montes haciendo tranquilamente sus travesias como deporte activo.

Son muchas las caravanas y autocaravanas que llevan sus bicicletas para disfrutar de la naturaleza mientras hacen rutas verdes y circuitos de montaña.

Lo último que he leído referente a la inclusión de la bicicleta en el mundo del turismo es que los “buques de cruceros” llevan bicicletas y cuando tocan puerto, son muchos los turistas que cogen las bicicletas para conocer las ciudades con este medio no contaminante y de contacto directo con la naturaleza.
Quedan en el recuerdo nuestras grandes y duras bicicletas con sus enormes faros para avanzar en la modernidad de los tiempos con nuevás “máquinas” y nuevas fórmulas de practicar un bonito deporte que no todo el mundo está en disposición física de poder practicar.

Dedicado a Salvador Andrades y Andrecín El Cantarero porque fueron los pioneros en mi pueblo de las competiciones deportivas con la bicicleta.
Un abrazo.

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