domingo, enero 25, 2009

HABLEMOS UN POCO DE HISTORIA. JIMENA DE LA FRONTERA




Cuando apenas si se habla ya de la Memoria Histórica, porque han surgido otros temas como “ Obama”, “ La crisis”, la guerra entre “Israelitas y Palestinos”, “ los Espias entre partidos”, “Garzón tiene otros intereses” y "el paro que aumenta y aumenta sin parar," a mi se me pone por delante la obsesión de saber e indagar de porqué se quitó aquel letrero de la puerta del Bar La Parada en la calle Romo que decía… “PADRES MARCELINO Y JUSTO”.

En los años cincuenta, yo era un niño que agotaba el aire que me correspondía respirar de las calles del pueblo, pero nunca escuché nada ni a favor ni en contra de aquellos dos nombres que aparecian en la fachada de la calle que da entrada a la ciudad, hasta que mi curiosidad me llevó a preguntar a mi padre… señalando hacia el letrero…¿ Quienes fueron Marcelino y Justo….?. No estábamos sólos, allí estaban mis tios y algunas personas mayores que comenzaron a toser y se quedaron esperando el camión con el resto de la gente que iba a “La Cruz”, pero mi padre si me contestó… - Eran dos curas jóvenes muy buenos que cuando la guerra los metieron en un tren y se los llevaron a Gaucín y los fusilaron-- .

Han pasado los años y lo que puedo decir es que aquel letrero desapareció, como pronto desaparecerá el que pone “ Jose Antonio “ en la esquina de los Gómez de la calle Sevilla, sin que yo entre en la “tesitura” de si está bien o mal, porque tal vez no esté cualificado para ello.

No pretendo escribir para que aparezcan los comentarios de los exaltados, creyendo que yo estoy defendiendo una causa u otra, porque no es así. A estas alturas no pretendo defender ni condenar nada, pero sí tratar de poner las cosas en su lugar correcto, para aquellas personas que estén en disposición y con interés de conocer una Memoria Histórica justa y no al libre albedrío de unos cuantos.

En mi afán de búsqueda por saber algo mas, referente a los padres “Marcelino y Justo”, he encontrado un “reportaje” bastante amplio escrito por el profesor Pablo Conesa Garcia cuyas fuentes no pueden ser mas exactas ya que fueron facilitadas por nuestro querido párroco( fallecido en 2008) MARTIN BUENO LOZANO que vivió los tristes acontecimientos con los dos franciscanos cuando él ya era seminarista en el año 1936.

Constan en el documento algunas referencias al pueblo de Jimena y fueron varias veces las que nuestro pueblo se opuso al fusilamiento de los curas por considerarlos buenas personas, independientemente del concepto que de la iglesia siempre se tuvo en la mayoría de los habitantes.

Se decía de Jimena, sin ofender a “los jimeneros”, que era un pueblo de Cádiz que entonces tenía un alto nivel de analfabetismo, de pobreza e incluso de miseria, no obstante, contaba con un flamante círculo masónico”.

El 15 de Octubre de 1935 tomó posesión como párroco de Jimena de la Frontera el sacerdote franciscano Marcelino Lázaro Bayo, natural de Pozuelo del Campo ( Teruel) y le acompañaba su coadjutor, el tambien franciscano, Justo Rivero Sánchez, natural de Priego (Cuenca).

Se cuenta, que el panorama que encontraron era desolador, entraban en los tugurios para enterrar cristianamente a los muertos, contrarrestando los entierros civiles de la logia masónica, preparan nuevas comuniones, regalando a los niños sus vestidos, en sus primeras Navidades montan un belén de figuras vivientes, crea de forma gratuita unas escuelas y como eran buenos oradores, la gente acude a oirlo a la iglesia; pero no se libra de que, un buen dia, penetre en el templo un grupo de gamberros armados de garrotes, aporreando las puertas y vociferando: “ vagos a trabajar, al corcho”.

Se dice en el artículo(que habréis podido leer por el hipervínculo que he creado), que fue tan eficaz su labor y tanto poder social derrochaba, que logró establecer cierta amistad con el entonces presidente de la C.N.T. local, que mas tarde intervendría para que no fuese fusilado, aunque, por desgracia, no pudo lograr su objetivo. Se cuenta que la gente obrera del pueblo opuesta a la religión decía:--“ Ustedes son otra cosa”.

En el documento que cito podrán leer los sucesos tal como ocurrieron desde el 25 de Julio de 1936 hasta el 06 de Septiembre en que fueron fusilados en Arriate( Málaga) junto con once personas mas del pueblo, porque los vecinos de Jimena siempre impidieron que se les diesen muerte.
Aquella obsesión de niño, me ha llevado a saber un poco más sobre lo que ocurrió en torno a estos dos sacerdotes y otras personas más del pueblo y que probablemente ese documento al que aludo pueda dar algunas referencias( si por casualidad es desconocido) a esa comisiones locales y al trabajo de investigación que sobre La Memoria Histórica se está realizando.

Un abrazo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Fueron asesinados en mi pueblo por gente de mi pueblo.Cuando en la democracia entró a gobernar el PC, las dos tumbas que quedaban de éstos 13 mártires de jimena, fueron tapadas con cemento para que no se pudiera leer lo que decía, que éra que fueron asesinados por las Hordas marxistas el &-)-12936

Anónimo dijo...

Mi padre me contó la historia del asesinato de trece vecinos de Jimena de la Frontera, el 6-9-1936.Los asesinó gente de Arriate,y tras quitarle los hábitos a los dos sacerdotes asesinados,hicieron risas con ellos puestos.Uno de los asesinos éra un tal "Pelacañas"

Miguel Cano dijo...

Aclaración al artículo publicado por Currini. El profesor Pablo Conesa García es el propietario del Blog en que se publica el reportaje sobre los padres "Marcelino y Justo" El autor del reportaje es D. Gaspar Lázaro Martínez, suegro mio, quien está interesado en recibir toda la información posible sobre el padre Marcelino. Cualquiera que pueda facilitarle algún dato le ruego escriba al correo glazaro@ya.com. D. Gaspar es un "jovenzuelo" de 95 años que convive perfectamente con internet, correos por e-mail y esas otras tecnologías que ahora nos rodean; no tengan duda en escribirle cuanto antes para contarle anécdotas de su tio el padre Marcelino. Muchas gracias