Parece ser, que las personas que tienen un abdomen voluminoso y, en cambio, unas caderas estrechas deben cuidar especialmente su alimentación y su peso. Los “listillos de turno”, esos que siempre andan estudiando y rebuscando, han realizado unos estudios bastante amplios, con la finalidad de amargarnos un poco la vida por un lado, y echarnos una mano beneficiosa por otro. En este sentido dicen que si medimos nuestra cintura y las caderas podemos conocer nuestro riesgo de padecer un infarto.
Los trastornos cardiovasculares(conocidos como Interheart) pueden llegar ser conocidos a través de la medición de esas dos zonas del cuerpo y podemos prevenir el riesgo de padecer el infarto, hasta dicen que este método es mucho más efectivo que el valor conocido como el “Ïndice de Masa Corporal”.
Para saber si estamos llevando el estilo de vida correcto, basta hacer lo siguiente: Con una cinta métrica mide tú cintura( a la altura del ombligo). Seguidamente mide tu cadera. Divide la primera cifra entre esta segunda. Si obtienes un resultado de 0,85 en el caso de que seas mujer y 0,90 si eres hombre(o un número por debajo de esa cifra), tu riesgo de infarto no es alto. Sin embargo, si sobrepasa esa cantidad, sí tienes probabilidad de sufrir uno.
Estas buenas personas, aseguran que el riesgo se dispara si la cadera es menor de 100 cm y el abdomen, en cambio, es muy abultado. También dicen que la grasa que se acumula en las cartucheras, y al contrario de la que se va depositando en la zona abdominal, se degrada menos fácilmente y libera una sustancia- la adiponectina- que protege tu corazón porque desinflama las paredes arteriales. En cambio, si la concentración de grasa se produce en la barriga pero no en las caderas, no hay manera de contrarrestar el efecto negativo del tejido graso abdominal.
El otro punto de referencia es la medida de tu cintura: en el caso de que sea superior a 88 cms `para las mujeres y de 102 para los hombres, el riesgo de sufrir un infarto es alto pues creo que la grasa intraabdominal provoca que la insulina no cumpla sus funciones, que la glucosa se dispare y, por tanto, que las arterias se inflamen y se acumule allí la grasa, obstruyendo el flujo de sangre hacia el corazón.
Menos mal, que al final de todo, nos aconsejan que, si tenemos un exceso de peso que se concentra en el abdomen y en la cintura, sigamos un plan de adelgazamiento y hacer ejercicios moderados cuatro o cinco veces por semana y en poco tiempo habremos conseguido reducir las probabilidades de sufrir un infarto.
Yo creo que mantener la salud es un reto permanente de todos y por eso nunca está demás aprender cosas nuevas y ponerlas en práctica en beneficio propio.
Un abrazo.
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