Las cestas de Navidad no son por supuesto un elemento imprescindible en una casa, pero este año, como se suele decir en mi pueblo ... "de chiripa" ya tenemos una aquí para cuando lleguen los días señalados abrirla y caompartirla con la familia y amigos.
La costumbre de regalar cestas de navidad se está perdiendo poco a poco pero en el ámbito empresarial todavia se regalan buenas cestas a los clientes distinguidos y además son muchos los políticos que las reciben a cambio de favores prestados o simplemente porque hayan cumplido su cometido con amabilidad.
La cesta de Navidad que veis y que está en mi casa no se corresponde a nada de regalos y como dije todo obedece a las casualidades de lavida y es que en el Centro de Día de los pensionistas de Torreguadiaro la estaban rifando con ese sistema ahora moderno de poner un número en una gran relación y abonando un euro por cada número. Por lo visto todas las mujeres que estaban desayunando allí ese día se apuntaron números y mi señora dijo..... ponerme el 88 que es la edad de mi madre. Nos llamaron por teléfono diciendo que podiamos ir a recoger la "cesta Navideña" y es por "chamba" que la cesta ha llegado a nuestra casa.
Parece ser que el destino o lo que sea quiere que este año aumentemos nuestra dosis de colesterol con los productos que trae el símpatico canastito que por supuesto al menos servirá después para ir al campo acoger setas.
De algo había que escribir hoy y como la dichosa cesta está cerca del ordenador, esa ha sido lacausa que ha motivado el que os cuente lo sucedido.
Un abrazo
Currini
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