jueves, junio 25, 2009

COSAS DE HACE CINCUENTA AÑOS. JIMENA DE LA FRONTERA




EL ALMIDÓN DE ZAPATEROS Y SUS UTILIDADES. JIMENA DE LA FRONTERA.

Estos recuerdos míos de cosas relacionadas con nuestra forma vida en la infancia de hace cincuenta o sesenta años, acuden a mi mente con tanta fuerza, que no hay otro remedio que ponerse a escribir para compartirlo con los que recuerdan las mismas cosas y también para aquellos que tengan interés por saber cosas del pasado de sus padres y abuelos.

Cierro mis ojos y veo aquellas banquillas de zapateros repletas de herramientas y utensilios imprescindibles como leznas, estaquilladores, aztecas, patacabras, palillos, tenazas, espinzas, refilos, chairas, escofinas, puntillas, trozos de cera negra –color, pedazos de tiza, papel de lija, la candileja y en medio de todo aquel embrollo no faltaba nunca la cazuela del almidón que mas tarde se sustituyó por la cáscara de medio coco repleta de este engrudo tan estupendo para mantener unidas las piezas de material hasta que se aparaban en la máquina de coser.

En las patas de las banquillas aparecian colgados los tarros de tinte de color y negro para limpiar los zapatos. En el suelo entre las cuatro patas estaban aquellas piletas de barro llenas de agua donde los zapateros mojaban las piezas de material y que al cabo de una semana sin cambiarse olía bastante mal pero que como estábamos acostumbrados. el recordarlo hoy hasta me trae buenos pensamientos ya que yo me encargué muchos sábados de tirarla en el “Caño de la Tronereta”.

Volviendo al tema del almidón quiero explicaros que se trataba de un engrudo hecho únicamente con harina de trigo, agua y para evitar que se pudriese se le añadía “piedra lipe”.

En cuanto mi padre decía:- Frasquita estoy sin almidón. Mi madre se iba a la cocina con aquella vieja cazuela de barro en cuyo interior había una pequeña paleta de madera para ponerla en el fogón de la hornilla con bastante agua. En cuanto el agua comenzaba a hervir, le echaba los polvos de piedra lipe ( sulfato de cobre) y np paraba de mover dandole vueltas y vueltas hasta que aquello comenzaba a cocer y echar un olorcito que aún entra por todas partes de mi ser. Cuando se consideraba que estaba en su punto, se apartaba del fuego para esperar que se enfriara poco a poco, hasta que se hacía una corteza en toda la superficie de la cazuela, permaneciendo blando el interior de la mezcla.

De la cazuela se apartaban las dos cáscaras de coco para las banquillas y el resto estaba siempre en el mostrador de mi padre que lo utilizaba constantemente para pegar las piezas que se mantenían fijas por unas “chinches” hasta que eran pasadas a la máquina de aparar.

En las banquillas se utilizaba para pegar los contrafuertes, las palas y todas las piezas que precisaban de mantenerse unidas. Que placer era cuando metias el dedo corazón en el almidón y lo pasabas por la pieza de material una y otra vez.

Los chavales coleccionábamos estampas como aquellas de Marcelino Pan y Vino, de futbolistas, del Puente sobre el “ rio Way”, de artistas y como había que pegarlas en los álbumes pues utilizábamos el almidón de los zapateros con la particularidad de que al secarse se ponían todas las hojas tiesas y hasta crujían al doblarlas. Cuando los libros de la escuela se le partían “ las pastas”, le poníamos un trozo de tela de cualquier clase y la pegábamos con el almidón. Aún recuerdo mis libros así, como el Catón Moderno, El Quijote, la Enciclopedia Álvarez y hasta el Atlas de geografía que mi amigo Bartolo Barranco me lo arregló con un pedazo de tela de los albardones de los burros, porque estaba de aprendiz con Frasquito García y le fue fácil utilizar aquel trozo de tela del que todos se reían cuando me veían con mi atlas debajo del brazo.

El almidón de zapateros, una cosa que el transcurso del tiempo ha hecho desaparecer y que yo hoy me he decidido a haceros recordar ya que perteneció a nuestra vida y no está nada mal recordar estas cosas que formaron parte de nuestro quehacer cotidiano y que se dejaron de usar por la aparición de los pegamentos que tanto utilizamos hoy en día.
Un abrazo.
Currini

1 comentario:

Unknown dijo...

Felicidades por la historia!! Yo y algunos zapateros a dia de hoy utilizan el engrudo para hacer zapatos ;) así que de momento no se ha perdido. Gracias por tus comentarios