jueves, junio 18, 2009

LA SENCILLEZ DEL MIERCOLEO. 17-06-2009

Victor David me espera junto a su casa
Aquí están los billetes en mi pueblo. El piso de arriba se vende.
Pepe y Victor David me esperan impacientes para el miercoleo.

Me llamaron la atención los dos caballos junto a nuestro río.
Un poco más cerca nuestro río y los caballos.
La casa del "lambrista", este Sr. no trabaja en el circo, se dedica a poner cercas de alambras en las fincas de campo. Por cierto gran persona y le conozco porque hicimos un viaje juntos.

Estos gatos esperan impacientes a que aparezca el inglés que les trae todos los dias la comida.

Nuestra perrita callejera está pensando en sus cuatro cachorrillos.

Amanece un día gris con bastante viento de levante y que poco a poco se vuelve caluroso a medida que los rayos del Sol van ocupando nuestro césped.

A mi que el pescado me encanta, me ha tocado limpiar los jureles que acaban de llegar fresquitos de la playa, con su arena blanquecina y su olor a marisma pura y transparente.

Por mucho que me he lavado las manos, todas las teclas del ordenador me huelen a pescado y aún me falta la segunda parte que es el tema de la barbacoa y las sardinas, de las que no me libra nadie pues para eso hice un curso acelerado de barbacoas cespederas. ( este puñetero ordenador me dice que “cespederas” no existe y yo digo que vosotros me entenderéis porque las barbacoas se hacen aquí en el césped).

Los miercoleros jimenatos vienen con su familia porque han estado en La línea en la fiesta del Colegio de Iván y como se ha hecho un poco tarde, “los de siempre” nos largamos con “viento fresco” para Jimena con la finalidad de traernos a Victor David que está en el Instituto.

De pronto mi amigo Pepe, se lleva las manos a la cabeza y digo….! Los donus Pepe..! y dice no Paco… ¡ Las llaves!. Resulta que teníamos que coger de la casa en Jimena la comida que la señora había dejado preparada y las llaves se habían quedado reposando en uno de los numerosos taquillones del apartamento.

Fuimos al Michigán y Caty nos acompañó con sus llaves otra vez al pueblo y allí mientras esperaba hice dos o tres fotos para matar el aburrimiento y que por cierto fueron las únicas que hice en todo el día.

Alguien ha dicho por ahí que los miercoleros no compraron un apartamento sino que adquirieron una amistad en lugar de una propiedad y pienso que eso es bonito y mi deseo sincero es que dure toda la vida con apartamentos o sin ellos, pero con mucha salud y sin sardinas en la barbacoa.

Hemos hablado de sentimientos, de vidas, de alegrías y de tristezas, porque eso es lo más importante, poder compartirlo todo con la sencillez de la espontaneidad que da el saberse comprendido en todo momento.

Hay personas que tienen el corazón excesivamente grande y sus sentimientos se desbordan cuando ven actos y situaciones que están en la vida y que aunque queramos no podemos eliminar porque como siempre repito “ es la vida misma”.

Esta persona, quiere agradecer públicamente a los profesores de Educación Especial, la entrega sincera a su labor educadora y de cuidados esmerados a semejantes que lo necesitan a cada paso de su existencia. Resulta difícil, me dice, comprender como esos jóvenes/as, tienen una entrega personal y con la fuerza y alegría que hacen su trabajo para con los demás. Yo solo puedo decirte, querida amiga, que ellos son el complemento que “ Lo Eterno” pone junto a estas criaturas para que puedan vivir algo mejor y que esas personas realizan su labor educadora en ese ambiente porque son muy especiales y en base a éllo han elegido el camino de la entrega total a los demás.

Volviendo al episodio del miercoleo, tengo que contaros que hoy tampoco hemos pasado hambre alguna, pero ha resultado un poco más metódico y puedo hablaros de que el “Zarmorejo Cordobés” tenía un punto especial y que la ensaladilla rusa me encantó, siendo lo único que formó parte de mi menú miercolero sin que me faltase mi corto-largo pero negro y mi trozo de piñonate de mi pueblo.

Por la tarde las mujeres se fueron de compra mientras que yo me dediqué a la contemplación apartamentera.

En la cena, se aprovecharon los residuos mañaneros y se le añadió un poco más para rematar con un helado. Arreglamos varios cohces, hicimos algunos seguros y al final como siempre nos despedimos a la fuerza porque con estos amigos mios me gustaría estar hablando una eternidad.

De fotos, sólo las que había en la cámara de ese día, algunas bonitas por cierto.

Un abrazo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

DE FEO Y TRISTE NADA YA ME ENTIENDES , es todo lo contrario , el simple hecho de reflegar los sentimientos de los demas e preciso como siempre te digo eres un crak , me parece que te estas sacando el titulo de sicologia como dice nuestro amigo el de las terapias , gracias saludos