sábado, enero 08, 2011

EN REBAJAS PERO... CON TODO EL DERECHO


Establecer un límite de gasto, sopesar las compras caras y conocer los derechos como consumidor son las claves para sacar rendimiento a las rebajas

Las rebajas, o lo que es lo mismo, comprar ropa, calzado, complementos, muebles o electrodomésticos a un precio muy reducido y de temporada, impulsa la actividad económica y resulta útil a muchas personas y familias. Constituyen un acto de aprovisionamiento, pero también un entretenimiento consumista, una liturgia bianual con muchos adeptos; algo tendrán, sin duda, para que tanta gente las espere y disfrute con adhesión inquebrantable. Para sus fieles, son una placentera costumbre; algunos incluso llevan meses ahorrando para tener dinero presto para adquirir ahora lo que a su precio original les resulta prohibitivo o para hacerse con productos del hogar que reducen de manera notable su coste. El discurrir del tiempo, el transcurso de las semanas, ya difuminada del todo la excitación del momento y olvidado el acto impulsivo de la compra, sirve de balanza y revelará si el abrigo o el vestido fueron una buena compra. Una pregunta útil es: ¿hace feliz comprarlo? O, quizá mejor, ¿cuánta felicidad produce comprarlo y cuánto tiempo durará la satisfacción? Los tradicionales indicadores de oportunidad de la compra eran: necesidad que cubre, dinero ahorrado con la rebaja de precio y disponibilidad económica del consumidor para afrontar el desembolso. Todos ellos pueden servir, y todos son compatibles con tomar las decisiones con sensatez y reflexionar cada compra, sobre todo las más caras. Y, por supuesto, conocer los derechos como consumidores y ejercerlos.
A nada que se mantenga la máxima de realizar un consumo razonable, se guarde el equilibrio entre las necesidades o apetencias de cada miembro de la familia y no se supere el gasto fijado como límite, las rebajas pueden constituir una oportunidad de ahorrar dinero, o de gastarlo de la mejor manera posible, según se vea. La razón es que en periodos de crisis como el actual -en que se prevé que el gasto medio por ciudadano sea de 95 euros- las campañas de rebajas se hacen más agresivas; la urgencia de dar salida a los productos que no se han vendido hasta ahora y la necesidad de escuchar la música celestial que proviene de la apertura y cierre de cajas registradoras y tarjetas de crédito en funcionamiento hace que se prevean descuentos que invitan a realizar esa compra del 50%, 60%, 70% y hasta un 80% menos sobre el precio inicial. Si el producto ya ha estado rebajado por alguna promoción, el precio de referencia sobre el que se aplicará el porcentaje de descuento debe ser el que ya ha gozado de bonificación.
ARTICULO COMPLETO AQUÍ

No hay comentarios: