Hace ya unos 55 años, cuando éramos pequeños, recuerdo como en casa se ponian aquellas rebanadas de pan cortados a la gran telera y se le cubría de aquella meloja negra y brillante…. Que chorreaba por nuestros brazos y nos ponían “pringando”… pero que estaba exquisita y se nos decía que tenía un gran valor energético, sobre todo cuando encima de la rebanada se le ponían aquellos trozos de calabaza dulce que flotaban dentro del gran tarro de cristal.
Alguna que otra vez, he visto que aún venden tarros de meloja, en los mismos lugares donde se oferta la miel, pero nunca me ha dado por comprarla, de lo que ahora me siento un poco arrepentido, porque me hubiese gustado comparar su sabor con aquel que aún recuerdo tan nuestro y tan del pueblo de Jimena.
Cuando en invierno, a veces, se hacían aquellas “gachas” de harina tan buenas que comíamos de postre, quiero recordar que mi madre preguntaba como queríamos que fuesen acompañadas y la oferta era…. Leche, azúcar, miel ó “meloja”, por lo que yo solía pedir que le pusiesen la meloja y aquello era algo estupendo… por el sabor tan contrastado de los chicharrones de las “gachas” con el sabor dulce de la meloja.
Ayer tarde estuve en La Barca Moreno sin tener ni idea de que iban a fabricar meloja… por lo que me uní a Manolín y a Elio para ver como era la elaboración del preciado líquido,con tan mala suerte que me había olvidado la cámara de fotos y tuve que recurrir al movil, que pocas garantías de calidad me ofrece.
De siempre he sabido que la “meloja” se obtiene de las “bolas” de cera, una vez que se ha extraído la miel, por lo que cogimos las gordas pelotas de cera y las migamos en agua “calentita” y después de pasar todo el “ungüento” por un gran colador se puso a hervir en una gran olla para que perdiese parte del agua y se le “despumase” la cera por encima.
Al no tener calabazas, iban a preparar trozos de melón para añadirlo a la meloja… pero se hizo tarde y tuve que venirme dejando todo el proceso de fabricación en manos de Elio y Manolo, que a mi corto parecer, tenían bien pocas ideas de cómo se hacía todo aquello.
Tendré que preguntar la próxima vez como resultó el invento y trataré de probar la meloja o como se llame “aquello” porque lo del “melón” no lo había oído en mi vida.
A mi me encantaría que si alguien de Jimena sabe como realmente se hace la “meloja” pues lo comunicase, bien directamente en mi blog ó a través de Tiojimeno, para tratar de hacerla la próxima vez con garantías de que lo que salga del proceso de elaboración sea nuestra meloja de toda la vida y no aquel líquido marrón que yo dejé hirviendo en el perol.
Un abrazo
4 comentarios:
im your favorite reader here!
very cool.
yeah! its much better,
Cuando sepas la receta me gustaría apuntarla en mi libro de recetas. Sería una pena que cosas así se pierdan.
Besos
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