viernes, mayo 23, 2008

LAS NUEVAS TORTILLAS DE PATATAS




Pues si señor… de Jimena y “glotoncete”, tengo dentro de mi todos los ingredientes necesarios para que me suceda lo que me está ocurriendo y, es que cada vez que acompaño los miércoles a mi amigo Pepe al supermercado, siento la tentación de “trincar” un par de tortillas de esas que vienen envasadas al vacio en un plástico y llevármelas para después tapeárnoslas con la música al lado de un poco de “ presunto”, algo de queso , unas aceitunas y un par de cervezas fresquitas.

La razón de aguantarme siempre las ganas, podeis imaginarla…. Y es que si yo me presento en la casa con esas preciosas tortillas, lo más seguro es que las mujeres me hagan una fuerte crítica y seguro que me privo del placer de experimentar si realmente son buenas y acaben en el cubo de la basura sin poderlas probar siquiera, porque más de una vez cuando he ido con mi mujer, sólo me he permitido tocarlas y mirarlas un poco hasta que élla se ha dado cuenta y con la mirada me ha dejado petrificado delante del mueble congelador del Mercadona porque uno que no es tonto se da cuenta de todo y después viene siempre el comentario…..Mira… Paco eso está hecho hace un siglo con aceite vegetal y seguro que sin huevo, así que eso no te va a gustar y además no te caerá bien al estómago. Lo que élla no sabe es que el estómago se me está haciendo aguas de las ganas que tiene de cargar con la preciosa tortilla , aunque después en la triste realidad puede que tenga que darle la razón y eso si que tiene “mandanga” porque entonces ya nunca volverás a probar cualquier cosa nueva que salga por el sólo hecho de estar precocinado o congelado.

Las mejores tortillas de patatas que yo he comido, como a todo el mundo le suele suceder, eran las que hacía mi madre en la hornilla de carbón y en aquella vieja sartén con su aceite de la sierra y cuyo sabor de vez en cuando recuerdo porque mi hermana Juana ha sido la heredera de la tradicional receta Jimenata y que aún en muchas casas del pueblo se seguirá degustando y repartiendo olores para los vecinos que transiten por la calle.

En el tema de las tortillas yo creo que uno de los factores más importantes es que los huevos sean “de campo”, ni ecológicos ni leche……he dicho de “campo” y cuando digo esto es que estoy viendo las gallinas que mi cuñada tiene en La Barca Moreno….completamente libres, correteando por allí sin parar y con aquel gallo grande que las alivia de vez en cuando cada vez que lo necesitan, porque el refrán lo sabeis todos sin necesidad de que yo lo cuente aquí. Por la mañana se comen su tradicional “afrecho”, durante el dia todo lo que pillan de verde con animalillos e insectos y por la tarde su correspondiente pienso de maiz semi-molido, así que cuando buscas entre las matas y ves aquellos “poneeros” repletos de huevos y después te comes uno frito con cebollitas, te olvidas de todos los supermercados del mundo.

Volviendo al tema de la tortilla os diré que en el año 40, por aquello del hambre decian que se hicieron tortillas sin huevo y es que en Jimena había artistas para todo y contaba mi padre que una vez hicieron tortillas con agua, harina y azafrán pero creo que aquello no pegaba bien con las patatas, aunque se lo comieron todo y al final estaban orgullosos del invento que duró mientras habia hambre porque después decian que era imposible de tragar.

Ahora con el fin de prolongar la conservación y evitar la contaminación microbiana, los huevos se someten a diversos procesos industriales y de ahí tenemos los “Ovoproductos”. Después de eliminar la cáscara, la clara y la yema se tratan, ya sea juntas o por separado,mediante uno o varios procesos que son la pasteurización, la congelación y la liofiliación para conseguir covertir la yema y la clara en polvo.

Ya he llegado donde yo queria y es que con esos polvos, se fabrican las tortillas que tanto me atraen a mi y que estoy seguro no probaré nunca porque para colmo tienen aceite vegetal y no de oliva y a las mujeres no les gusta.

Un abrazo.

4 comentarios:

Paco Gutiérrez dijo...

La verdad si que son atractivas, pero nunca las he cogido por las mismas razones que tú.

Martín Cano dijo...

Currini, tiene mucha gracia este artículo cuyo centro de interés es la tortilla, pero refleja muy bien, creo, esa actitud infantil y poco inteligente que tenemos los hombres con estos asuntos.
A mí me pasó algo parecido,hace ya mucho tiempo, concretamente cuando salió la fabada "LITORAL". Cada vez que entrábamos en el supermercado se me iban los ojos detrás, pero cuando me veían la intención surgía el comentario:
-Eso no puede estar bueno, puede que ni te guste...
Hasta que un día no aguanté la tentación y metí la dichosa fabada en el carro.
Tal como supones que te pasaría con la tortilla, me pasó a mí con la fabada: estaba asquerosa y ya puedes imaginar los comentarios y la guasa de la que fui objeto.
Saludos

Currini dijo...

Hola Martín: No hace mucho un tio llevaba en el carro cuatro torillas y le pregunté si estaban buenas o nó pero resulta que era extranjero y no hablaba español, asi que me quedé en las mismas porque no me entendia y mi mujer me miró, se echó a reir y dijo paco eso no puede estar bueno y ahí estamos en el empeño.. de que algún dia me pase lo que a ti con la fabada. Un abrazo. Curro.

Anónimo dijo...

Yo si he comido la tortilla industrial que por cierto las que venden aqui son fabricadas en Espagna. Si la engagnas con ensalada y aceitunas el estomago la soporta bastante bien.Atrevanse y me contaran.Curro si comprendo bien son los gallos los que alivian las gallinas y no estas las que alivian a los gallos. Pues esto es nuevo porque de mi época,en Jimena, siempre vi un gallo correteando las gallinas y nunca lo contrario.
El aceite de oliva ,no es vegetal??
abrazos
maria