OTROS TIEMPOS......OTRAS FORMAS DE VIDA. JIMENA DE LA FRONTERA

Me estoy acordando de las formas que teníamos de resolver algunas necesidades en el pueblo hace 50 años, cuando yo además de trabajar con 12 años, comencé a estudiar Bachiller en la Academia Calasanz y es que en esos 50 años, la vida ha cambiado por completo y la forma de resolver las necesidades y problemas aún mucho más.

La primera necesidad que tuve fue la de adquirir un diccionario enciclopédico ilustrado y como en Jimena no existía ninguna librería( dudo que aún hoy la haya), pues pude conseguir la dirección de La Librería Belmonte( que aún existe a nombre de Ginés Belmonte) en la calle Regino Martinez de Algeciras y les escribí con mi “Hispano Olivetti” una carta pidiendo el libro por correo contra-reembolso que a las dos semanas aproximadamente llegó a mis manos y pude tener aquel “Ilustrado Sopena” que aún anda entre mis cosas viejas y que tanta utilidad le dí, hasta que se fue quedando atrás como todas las cosas, pues perdió la efectividad para la que fue diseñado y escrito.

Aparte de aquellos cuentos de hazañas bélicas, novelas para mujeres y las famosas de Marcial Lafuente Estefanía que se vendían en los kioscos, la verdad es que no teníamos donde poder comprar libros de lectura adecuados a nuestras necesidades juveniles pues aunque Algeciras ó La Línea hoy está muy cerquita entonces la comunicación se hacía por el tren en “El Corto”, “El Correo”, “ La Cochinita” y por carretera a través de “La Valenciana” ó el taxi, que además todo suponía un lujo porque habia muy poquito dinero que circulase en nuestros hogares jimenatos y menospara gastar en libros de lectura, así que me tuve que aficionar a este menester a través de aquellos tomos viejos y enormes que les había tocado a mis padres en una rifa cuando eran jóvenes y que se titulaban “Los Ängeles del Arroyo”. Esta Novela fue la primera que entró a borbotones en mi alma y aunque realmente era una tragedia dramática y lastimera destrás de otra, representó mi forma de aficionarme a leer todo lo que pasaba por mi lado.

Cuando, después de las vacaciones de verano, comenzaba un curso nuevo, teniamos el problema de la adquisición de los libros de texto en librería y eran los maestros los que se encargaban de venir un día a Algeciras y del tablón de anuncios del instituto, anotaban por curso los nombres de los libros y autores para después pasarnos la lista con el importe que previamente había que entregarles para que por escrito a la ya nombrada Liberia Belmonte, pidiesen todos los libros de los estudiantes jimenatos y cuando les notificaban que habian venido a Algeciras, se desplazaba otro maestro que los recogía y nos los llevaba, previo reparto de gastos por el desplazamiento, entre todos los adquirientes de libros.

Como había comenzado el curso y no disponíamos de los libros de textos en varias semanas, nos dedicábamos a hacer los cuadros horarios de todas las asignaturas y coger apuntes que los propios maestros facilitaban principalmente de matemáticas, gramática ó literatura.

Cuando durante el curso necesitabas algún material especializado, como por ejemplo “El Atlas de Geografía” tenías que investigar donde conseguir el adecuado a tus necesidades del curso y una vez escribí a la Librería “Tabera” de La Línea de La Concepción y tuve la suerte de que me lo enviasen contra reembolso y otras muchas veces recurriamos a las “matuteras” que a diario venian a Algeciras y se les encargaban las cosas que traían cobrando un poco más por su trabajo.

Cuando yo aprobé la reválida de cuarto, no tenia la forma de recoger del Instituto de Algeciras, el libro de calificaciones y enterarme del resultado de los exámenes,,así que mi padre me envió a la calle Yustos a casa de la madre de Paca López que a su vez era tía de Paco Pajárez y además era matutera y después de darle en un “papelito” apuntado todos mis datos la buena mujer me dijo que lo intentaria al día siguiente y aunque aquello me pareció una eternidad, pude tener mis notas de todo aprobado y fue la propina más a gusto que he pagado en mi vida.

Cuando me examiné de ingreso y primero, fuimos a Algeciras en varios taxis con dos maestros( D. A. Puchán y D. José Romero), por la mañana tomamos café con leche y “tejeringos” en el Bar “Cachafeiro” y para almorzar nos llevaron a “Casa Arturo” en la Banda del Rio y recuerdo que nos pusieron filetes de cerdo con patas fritas y de postre melocotón en almíbar( esto yo no lo habia visto ni probado nunca), nos lo pasamos estupendamente a pesar de los malos ratos de los exámenes.

Aquello del taxi, dijeron en mi casa que resultaba muy caro, así que a partir de entonces me venía siempre en el tren y desde la estación me iba andandito hasta El Saladillo que vivian mis tios en una casa-barraca y allí permanecía los tres o cuatro días de los exámenes y claro salía más barato todo, aunque yo solía llevar algunas cosas que me daba mi madre para compensar un poco a mis tios, que también estaban pasando lo suyo, como todo el mundo aquellos entonces.

Otra vez que necesitaba un juego de compás para hacer los dibujos de tercero ya estaba dispuesto a escribir la carta a la librería Belmonte, cuando mi padre me dijo…. déjalo que yo mañana voy a Ronda con tu madre al médico y si puedo te los traigo de allí y de esta forma llegó hasta mis manos aquella cajita de compás y bitácora que aún conservo a pesar del “trote” que les dí.

Otra vez que necesité un “flexo” para estudiar por las noches, no hubo necesidad de buscarlo a ningún sitio porque mi amigo y compañero de estudios Pedro Sánchez Mostazo ( Pelota), ideó la forma de hacerlo con un portalámparas de metal de esos que había en las esquinas de las calles al que acoplamos un casquillo y la base de metal de una “palmatoria”, la pantalla la hicimos de cartón doblado y cosido con una aguja e hilo. Este instrumento me sirvió varios años para estudiar con buena luz.

Bueno, sólo he querido dejar constancia como una pequeña muestra de lo difícil que era conseguir cosas necesarias de otras localidades porque estábamos mal comunicados y no eran muchos los medios de desplazamiento de que disponíamos y sobre todo lo acostumbrados que estábamos a no gastar dinero porque realmente no lo había y el que lo tenía no se lo gastaba para guardarlo por quello “del dolor de cabeza”( siempre hay que tener guardado para un dolor de cabeza, nos decían).

Tengo un pequeño dilema…..¿ Que fotos le pongo yo a esto….?

Un abrazo.