sábado, marzo 15, 2008

ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN





Ayer noche estábamos tomando una cerveza “sin” en el “Cambrinus” de Algeciras y los “chavalitos” estaban pendientes de sus “PSP” y hasta con la “PDA” de los mayores. Se llegó a hablar de que las “maquinitas” no son buenas para los chavales porque les crea dependencia y en eso no puedo entrar porque por suerte o por desgracia no he estudiado Psicología pero si estoy en disposición de establecer una comparativa con aquellos tebeos tan extraordinarios de “Roberto Alcázar y Pedrín”, “ El Guerrero del Antifaz”, “El Capitán Trueno”, “El Capitán Tormenta” y “Mendoza Coll”.

La misma guerra psicológica que traen ahora los padres con los chavales por el tema de las “maquinitas”, la teniamos nosotros con los nuestros, hace 60 años por causa de los citados tebeos y la verdad es que a mi personalmente el leer a Roberto Alcázar me enriqueció bastante, porque entonces no supe ver la parte negativa y me quedé con los valores que más resaltaban , pero eso sí, cada vez que mi padre me veia con el tebeo en la mano, me echaba la reprimenda y decía que me iba a poner “chalao”.

Para aquellos nostálgicos que quieran profundizar un poco en el tema de hoy, les transcribo lo que WIKIPEDIA pone a nuestro servicio y hasta se pueden conseguir a través de Internet todos los ejemplares de los “cuentos” que se deseen.

Roberto Alcázar y Pedrín
Roberto Alcázar y Pedrín es una serie española de tebeos de aventuras creada por el guionista Juan Bautista Puerto y el dibujante Eduardo Vañó Pastor en 1940. Junto con El Guerrero del Antifaz es la historieta española más popular e influyente de los años 40.
La serie fue publicada en cuadernillos de aventuras, de formato apaisado y en blanco y negro, por Editorial Valenciana. Se publicaron un total de 1.219 números hasta el final de la serie, en 1976, lo que la convierte en el tebeo más longevo en la historia del cómic español. Además, cada año se publicó un almanaque con material extra, a lo que hay que añadir 88 números de la serie Roberto Alcázar Extra, en formato vertical.
La mayoría de los guiones fueron realizados por José Jordán Jover, antiguo comandante del ejército republicano que había sufrido la represión del régimen franquista. También escribieron historias para el tebeo Federico Amorós, Pedro Quesada y Vicente Tortajada.
Roberto Alcázar, vestido siempre de traje y corbata y meticulosamente peinado, es el protagonista principal. Según algunos autores, el apellido Alcázar remitiría al episodio del Alcázar de Toledo durante la guerra civil española, uno de los lugares comunes de la propaganda franquista. También se ha dicho que la fisonomía del personaje está inspirada en los rasgos de José Antonio Primo de Rivera. El dibujante de la serie negó estos extremos, explicando que el apellido del personaje iba a ser inicialmente Alcaraz, y que su modelo no había sido el fundador de Falange Española, sino él mismo.
La profesión de Roberto Alcázar no está muy clara en un principio, aunque se describe vagamente como periodista; más adelante, se convierte en agente de la Interpol y se dedica a cazar criminales por todo el mundo.
En el primer cuaderno de la serie, Roberto Alcázar descubre a Pedrín como polizón en un transatlántico rumbo a Argentina, y lo "adopta" como ayudante. Pedrín es al principio un golfillo callejero al que Roberto debe guiar por el camino de las buenas costumbres. El personaje aporta comicidad a la serie, sobre todo gracias a las castizas expresiones con que glosa las palizas que propinan a los maleantes, como "atiza" o "jarabe de palo". Expresiones eufemísticas usadas en estos tebeos, como "¡Ostras, Pedrín!" se hicieron populares. La relación de un hombre maduro con un crío como Pedrín era bastante ambigua y dio lugar a poemas como "El crepúsculo sorprende a Roberto Alcázar en Charlotte Amalie", del poeta Luis Alberto de Cuenca.
Los guiones exhiben un maniqueísmo exacerbado, y todos los conflictos se resuelven mediante el susodicho "jarabe de palo". Torturar a los prisioneros no supone ningún problema para Roberto Alcázar, quien usa los métodos más expeditivos para acabar con los criminales. Más que una ideología concreta, la serie exalta los valores tradicionales de la España de la época, desde el catolicismo (los héroes acuden puntuales a misa los domingos) hasta un exagerado chauvinismo.
La serie fue parodiada en los años 90 por Miguel Ángel Gallardo en su cómic Roberto España y Manolín.
Un abrazo.

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