¿ SEMANA SANTA EN JIMENA DE LA FRONTERA...?

He vuelto a entrar esta mañana en el tema propuesto por Ricardo en Tiojimeno el pasado día 5 para ver como iban los comentarios y la verdad me he sorprendido un poco de que aún no hay nada escrito referente a nuestra Semana Santa, pero como ha sido propuesto para la semana o para el mes, puede que aún sea pronto o tal vez sea mejor irse a Grazalema y contar después como ha ido lo del toro que sueltan por las calles.

Es curioso que ayer, mientras iba para Algeciras, Canal Sur Radio daba la noticia de que en todos los municipios Campogibraltareños se daba el pregón de Semana Santa a excepción de Jimena, porque allí no hay nada de nada…… y ese nada…de…nada….. sonó un poquito a “guasa” y que a mi se me clavó en el alma y por eso no puedo dejar de decirlo, aunque no sé que es lo que adelanto con ello.

Llevo bastantes años fuera de Jimena y quizás no pueda opinar con toda propiedad del porqué no hay Semana Santa en la actualidad, pero si puedo contar un poco de “aquello” tal y como acontecía y lo vivía yo personalmente, sin entrar en muchas valoraciones ya que la edad que tenía entonces no permitia tener un concepto claro de lo que viviamos.

En Jimena teniamos una Semana Santa de las mas bella del Campo de Gibraltar y se la debíamos (creo yo) exclusivamente al Padre Sánchez, que aunque como todos los mortales tenia sus defectos, no se le puede negar la virtud de que tenía iniciativas para realizar infinidad de actividades alrededor de su iglesia y atraerse al pueblo entero a su alrededor a pesar de las distintas formas de pensar y de vivir en aquellos entonces. Cuando hablo de actividades me refiero a teatros para niños y jóvenes, procesiones a San Pablo y El Corchado, Tarcisios, Adoración Nocturna, excursiones al campo con la juventud, partidos de futbol, pingpón, banda de cornetas y tambores y, lo más notable nuestra Semana Santa.

Unos días antes de esta festividad religiosa, ya estaba el cura con su sotana, recorriendo las tiendas de la ciudad una por una pidiendo ayuda para poder montar los pasos y cubrir los gastos que se originaban, pues a veces se pagaban a los costaleros y todo.

Siempre contaba con una buena “mano derecha” para atraerse a cierto sector digamos “beatillos” que le ayudaban en los menesteres de preparación de los pasos y de las imágenes como Los Hermanos Calleja, Pedro Núñez, Maria Manuela y muchas personas más que colaboraban de forma desinteresada tanto del Barrio Arriba como del Barrio Abajo.

A la misa del Domingo de Ramos solian venir algunos sacerdotes de otras localidades para decir aquella misa tan bonita y con tanto incienso a la hora de bendecir las palmas y las ramas de olivo y después la procesión por las calles donde los niños saliamos vestidos con unas túnicas blancas, unas alpargatas de esparto y un turbante rojo en la cabeza portando ramas de olivo y palmas blancas.

Al pueblo venía en esta festividad mucha gente del campo y de otras localidades y la Semana Santa se vivía intensamente en todos los sentidos(emotividad, religioso, gastronómico etc. ) porque además todos los días habian procesiones que duraban buena parte de la noche con lo difícil y emocionante que era el ver aquellos pasos por nuestras calles empinadas y tan difíciles de transitar, salvando los cables del alumbrado y hubo muchas veces que había que continuar lloviendo porque el agua habia comenzado una vez que la procesión ya estaba fuera en la calle.

Yo tuve la suerte de estar a las órdenes de Corbacho que nos enseñó a tocar el tambor a los más pequeños y la corneta a los mayores, así que salí varios años tocando y pude sentir de verdad la Semana Santa de Jimena.

Como venía mucha gente de fuera y del campo, los bares estaban todo el día llenos con sus tapas de “zarmorejo”, tortillitas de bacalao, boquerones rellenos y la típica ensalada rusa y las tapitas de carne escondidas para los que pasaban del tema de la abstinencia.

Frasquito el turronero ponía su turroneria en las cuatro esquinas debajo de la “embarrá” para que los “pasos” no tuviesen dificultad al transitar por la calle Sevilla y los nazarenos con sus “cucuruchos” pasaban y se llevaban las cosas y después se la pagaban previa identificación, todo aquello resultaba emocinante y se vivia de muchas formas porque las procesiones se organizaban con las autoridades delante, filas de mujeres y de hombre y después venía todo el “mogollón” de gente detrás casi amontonados. Está un poco raro el decirlo pero entonces era así y no se puede decir de otra forma.

Cuando el Padre Sánchez se trasladó a Tarifa, el nuevo párroco intentó que la Semana Santa continuase creando la cofradía del Santo Entierro que la financiaban los contrabandistas porque no había ni un duro en el pueblo y empezaron a meternos en la cabeza que los curas nada tenían que ver con la Semana Santa y por eso creo yo que se perdió todo, a lo que contribuyó también el que los sacerdotes que vinieron después no querian tener santos en las iglesias y los sacaban al corredor del patio donde terminaron rotos, hasta que uno decidió meterlos en una habitación y lapidarlos.

La semana Santa en todos los municipios va creciendo de forma paulatina porque entre otras cosas representa una fuente de ingresos para los pueblos ya que se benefician los hoteles, restaurantes y bares.

En Jimena yo creo que se está tan acostumbrado a perder cosas que una más no ha importado y faltan iniciativas que nada tienen que ver con la política, sino con la disposición de los habitantes. Religiosidad la verdad que nunca la ha habido en mayoria pero otros pueblos no son religiosos y conservan su Semana Santa para bien del pueblo.

En realidad a la pregunta de Ricardo…¿ Te gustaria que esta fiesta religiosa se viviera más intensamente en nuestro pueblo…? Deberían contestarla los que actualmente viven allí y plantearse si merece la pena cambiar o seguir como hasta ahora, eso es cuestión de opinión y de predisposición a hacer cosas..

Un abrazo.