Curro, te envio esta encina que debe tener mies de años. En otro tiempo se amarraban un par de gorrinos debajo y se ponian "redonditos" con las bellotas.
Una encina servia tambien para que el caminante cansado, pudiese recibir su refrescante sombra en el verano y de paso maldecir al tren cuando pitaba con fuerza al pasar y lo despertaba de golpe sin esperarlo.
Bonita imagen amigo Curro la de esta encina jimenata, sóla siempre en el campo, desafiando los calores y las tempestades, menos mal que los trenes la alegran con sus pitidos tradicionales... pero no de la JONS.
Un abrazo El Niño Las Torres
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