Hemos encontrado esta mañana en el cesped mojado junto a la gran palmera, este gorrioncillo que temblaba de frio, hambre y medio muerto.Me lo trajo Yeya diciendo... ! pobrecito, pobrecito..!, así que lo cogí, lo sequé muy bien con un trapo y le preparé un pequeño nido de papel que coloqué debajo de una bombilla a la distancia adecuada para que recibiese calor.
Después le he preparado una papilla de bizcocho y a fuerza de mucho insistir he conseguido introducirle dentro ya varias veces su comida que parece ser está asimilando perfectamente y hasta ha recuperado su temperatura corporal normal.
Ha llegado mi nieto Carlos y le ha preparado una casita bastante mas confortable donde hemos colocado su nido. Me encantaria poder rehabilitarle y si conseguimos salvarle, no será dificil devolverlo a su mundo natural.
Cuando era pequeño en Jimena éramos muchos niños los que conseguiamos sacar a estos pajarillos para adelante que se crian dóciles y felices sueltos por la casa mientras no haya gatos.
Si consigo salvarlo y ponerlo mas decente volveré a hacerle algunas fotos para vosotros.
Un abrazo
Currini
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